EN DIAGONAL

Ozores en la costa

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En lo peor de la Gran Depresión, cuando en EE UU había diez millones de parados y más de 300 bancos habían cerrado, Oscar Hartzell apareció por la deprimida Iowa. El gran estafador llegó con sus puros, su sombrero y sus trajes de Savile Row. Convenció a miles de personas de que tenía acceso al tesoro del pirata Drake. Solo necesitaba un poco del dinero de sus conciudadanos. Al Getafe (aunque el club lo niega) y otros engañados también les pidieron pasta para recibir más pasta. Un aval, un ingreso en las cuentas de los estafadores para liberar el dineral prometido por los inversores árabes. Pero el único árabe era un camarero portugués disfrazado. Como Antonio Ozores en 'Los energéticos'. Son tiempos difíciles de apertura de piernas y nos las damos de listos. Pero dejar que nos engañen es una costumbre. Ramón Pérez de Ayala fue clarividente al señalar que cuando una estafa ya es enorme toma nombre decente. Por ejemplo, subida del IVA.