Tribuna

Aprender

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Todos los años intento aprender de alguien o algo del concurso. Os señalaré lo que asimilé en este año.

En chirigotas aprendí que hacer un personaje como el de 'La Pepi' es hacerlo impecable, aunque saqué, que en ocasiones el personaje no debe de superar al repertorio. También aprendí bastante de la metamorfosis en escena de 'Los Puretas del Caribe'", si bien adquirí que el cambio de estilo puede perjudicarte para el futuro. De 'Los Protagonistas' me sobrecogió y mucho, la capacidad de llevar tan bien estudiado el personaje, aunque vi que no conviene exagerarlo. En coros asimilé que aunque las voces de 'La Madrugá' son las ideales, se les echaba en falta un poco de modernidad en su repertorio. De 'Los hijos del 78' me embebí de sus tangos, aunque aprendí que al no rematar las demás piezas éstos pueden pasar desapercibidos. De Julio Pardo, me instruyó su presentación, y me enseño que la idea del tipo hay que fraguarla bastante más para evitar galimatías. Del coro de 'Bollywood' aprendí su buen gusto con el disfraz, si bien capte que la coreografía distraía el mensaje. En comparsas aprendí de 'La Serenissima' con su música fantástica, aunque noté que ciertas octavillas sobraban para su armonía. De 'Los Duendes Coloraos' robé su magistral literatura, y me enseñó que ganarían más escribiendo temas más alegres. El mensaje de 'Ciudadano Zero' y el trió del pasodoble me llenaron de sabiduría, aunque viera que su autor ganaría enteros si no fuera tan tremendista. De Antonio Martín y Quiñones aprendí que no debemos caer en la trampa del 'renovarse o morir' y que a algunos no les hace falta la innovación.

Los cuartetos me enseñaron que el humor cínico del Gago y Cossi puede ser magistral aunque saqué, que la ilustración en las letras no debe reñirse con su sencillez. Del cuarteto 'Los Tuyos' admiré a su Heidi pero aprendí que hay que cuidar el repertorio porque el concurso es muy largo. Y por último el cuarteto de Morera me enseñó cómo coger la medida al concurso para que nadie te gane.

«Por la ignorancia nos equivocamos, y por las equivocaciones aprendemos». Proverbio romano.