Dívar alaba el «atractivo personal» de Marlaska

La toma de posesión de Fernando Grande-Marlaska como presidente de la Sala Penal de la Audiencia Nacional, celebrada ayer, no solo sirvió para reivindicar la acción del tribunal contra el terrorismo y el crimen organizado, también hubo mucho simbolismo y recuerdos cariñosos a magistrados que ya no están y a los que, como Marlaska, afrontan un nuevo reto al frente de una sala clave en el proceso judicial del final de ETA.

El más profuso en sus alabanzas fue Carlos Dívar. El presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo ensalzó la labor profesional y personal de Grande-Marlaska con palabras muy íntimas.

«Fernando ha sido y es un hombre bueno, conciliador, un hombre de atractivo personal para tantas y tantas personas que quieren ver en él una justicia humana y cercana», señaló Dívar, que recordó la trayectoria profesional del nuevo presidente de la sala y tuvo un recuerdo especial para su antecesor en el cargo, Javier Gómez Bermúdez, de quien dijo haber llevado con éxito el juicio más complejo de todos cuantos se han celebrado hasta la fecha: el de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid.

Previamente, el propio Grande-Marlaska también se acordó de Gómez Bemúdez y de sus compañeros que aspiraron al puesto con palabras conciliadoras. Y concluyó su discurso con un recuerdo a su madre, a sus hermanas, a las distintas personas que le inculcaron apoyo y valores en sus 24 años en la judicatura y a Gorka, su marido, por estar «siempre ahí».