Sociedad

El obispo fogoso

Celebró el ascenso del Villarreal lanzando la mitra al aire. Sabe contar chistes y dice las cosas «con garra». Así es Reig Pla, el azote de los gais

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Hasta el viernes pasado, cualquiera podría pensar que las misas de Semana Santa formaban parte de ese relleno televisivo que inunda la pantallas en esas fechas, y en el que no faltan ni las procesiones ni películas como 'Quo vadis?' o 'La túnica sagrada'. Pues bien, el obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, ha demostrado que una homilía puede competir en audiencia -y polémica- con cualquier programa rosa del 'prime time'.

Al menos eso parece deducirse por el enorme revuelo que ha provocado su sermón de Viernes Santo, ofrecido por La 2, en el que sus referencias al aborto y, sobre todo, a los homosexuales, interpretadas como un ataque directo, han despertado las iras de distintas asociaciones de gais, lesbianas, bisexuales y transexuales, a quienes se han sumado después PSOE e IU.

La primera consecuencia de todo ello fue una 'besada santa' protagonizada por una treintena de manifestantes de diversas tendencias sexuales ante la catedral de La Almudena el pasado domingo, justo antes de la misa. Hoy, el Consejo de RTVE analizará en su reunión las palabras de Reig Pla para determinar si, como sugiere el representante socialista, van contra la ley y la Constitución. Izquierda Unida, por su parte, ya ha anunciado que irá un poco más allá y exigirá la destitución del obispo en el próximo pleno del Ayuntamiento de Alcalá de Henares.

¿Puede hablarse de un patinazo? Quienes conocen al obispo lo ponen en duda, y retratan a un hombre instruido y reflexivo, dueño de sus palabras. Sus detractores añaden al perfil una larga lista de episodios controvertidos y lo colocan en el sector más duro y conservador de la Iglesia española.

Juan Antonio Reig Pla (Cocentaina, Alicante 1947), nació en una familia trabajadora y vivió una infancia sin comodidades. Realizó los estudios eclesiásticos en el Seminario Metropolitano de Valencia, que completaría posteriormente en la Universidad Pontificia de Salamanca, la Academia Alfonsiana de Roma y la Pontificia Universidad Lateranense de Roma. Fue ordenado sacerdote en 1971 en Valencia.

Nombrado obispo de Segorbe Castellón en 1996, pasó a la diócesis de Cartagena en 2005, y a la de Alcalá de Henares en 2009. Ya en su primer destino causó cierto revuelo su militancia en contra del matrimonio homosexual, que le llevó a respaldar el recurso que en su día presentó el PP ante el Tribunal Constitucional. Durante su estancia en Cartagena, el caso más sonado se derivó del enfrentamiento que mantuvo con la cúpula de la Universidad Católica San Antonio en relación con la titularidad de la institución docente, del que salió derrotado y que aceleró su traslado a Madrid. Tampoco su llegada a la diócesis de Alcalá de Henares estuvo exenta de sobresaltos: en su primer año, ofició la misa conmemorativa de la matanza de Paracuellos del Jarama en un altar adornado con una bandera con el emblema del águila. Tuvo que pedir disculpas con posterioridad.

Al mismo tiempo, Reig Pla también ha sabido mostrarse como una persona accesible y afable. Lo demostró, por ejemplo, durante su estancia en Castellón, cuando cumplió su promesa de lanzar la mitra al aire por el ascenso del Villarreal.

«Tiene muy buen sentido del humor, es muy alegre y sabe contar chistes», recuerda una persona que trabajó junto a él en aquel tiempo. «Tiene además muy buena memoria con las situaciones personales. Recuerda perfectamente a las personas que ha ayudado y sigue preguntando por ellas incluso pasado bastante tiempo».

«Esa imagen radical no se corresponde en absoluto con él», explica Francisco Jiménez, profesor del Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia. «Es una persona afable, cercana, extremadamente cortés, atenta y es de los que mide sus palabras. Es alguien solvente, fiable y bien formado». Y añade otro adjetivo, para él fundamental: «Valiente».

La fórmula de Reig Pla está funcionando bien en Alcalá de Henares, asegura Ángel Hoz, párroco de San Bartolomé; de hecho, se ha constatado un repunte de vocaciones en la diócesis que él atribuye en alguna medida a la labor del obispo. «Desde luego, es posible que tenga un carácter fogoso; no es pusilánime y dice las cosas con un poco de garra... pero no dirá nada que esté fuera de la doctrina católica».

Según José Luis Leante, director de Cáritas en Murcia, el 'problema' de Reig Pla es «que no es político». «Muchas veces es demasiado claro. A mí me gusta oír a un obispo como él, pero también entiendo que cuando alguien quiere dar caña a la Iglesia, es una presa fácil. En algunos casos, la más mínima expresión sacada de contexto se convierte en un cohete que explota». De momento, el obispo ya ha encendido la mecha.