PAN Y CIRCO

EL DILEMA DE PEP

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E s el tema de conversación más recurrente de los últimos días en la España futbolística. Todo el mundo habla de eso y ese tema tiene casi eclipsado a todos los demás. No es otro que la posible renovación de Pep Guardiola. El mejor técnico de la historia azulgrana -eso al menos dicen los números- ya tiene sobre la mesa la oferta de renovación realizada por Sandro Rosell y tiene que tomar una difícil decisión.

Para el aficionado lógicamente no hay ninguna duda. Ha disfrutado como nunca desde que el de Santpedor tomó las riendas de la plantilla y no quiere que se vaya. Es evidente que su apoyo al técnico es total. En un club con una masa social tan grande como la que poseen los culés, la voz del 'soci' (creo que se escribe así) tiene mucho peso y sus muestras de cariño hacia Guardiola a buen seguro que van a ejercer alguna influencia sobre el futuro del técnico.

Sin embargo, está claro que el es el dueño de su futuro y nadie más. Es cierto que no puede decirse que esté muy a disgusto en la entidad que, al fin y al cabo, es el equipo de toda su vida y encima con el que ha tenido la suerte de saborear las mieles de la gloria. Solo la mitad de su currículum ya sería objeto de deseo para cualquier entrenador. Pero también es cierto que hay determinadas circunstancias del entorno que no gustan al míster azulgrana, que siempre ha defendido la famosa frase de que los ciclos se acaban y que nadie es indispensable ni mucho menos eterno.

Salvo milagro imprevisible, el Barcelona no va a ganar la Liga este año. Su rival merengue de toda la vida va camino de ser campeón y eso preocupa al bueno de Pep. No porque no haya hecho méritos ni porque no siempre se pueda ganar, sino porque le preocupa el relevo generacional.

Y es que más que Pep, hay muchas cosas que renovar en la actual plantilla. Eso es lo que más le preocupa y la causa de su dilema.