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Damasco prolonga su castigo a Homs

El régimen bombardea sin piedad la ciudad siria tras fracasar la estrategia diplomáticaLas tropas de El-Asad no consiguen doblegar la «capital de la revolución», donde ayer fallecieron al menos 40 personas

EL CAIRO. Actualizado: Guardar
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Libre de la condena del Consejo de Seguridad de la ONU, el régimen de Bashar el-Asad se empleó ayer a fondo con la ciudad de Homs, una de las más castigadas por la represión. Después de que todos los esfuerzos diplomáticos por frenar la violencia en Siria hayan fracasado, al menos por el momento, las autoridades se sienten fuertes y se apresuran a castigar las zonas que escapan a su control.

Al menos 40 personas fallecieron en Homs, que desde primera hora de la mañana fue bombardeada sin piedad. La ciudad lleva varios días asediada por las tropas del régimen, que disparan desde sus alrededores, pero que, por el momento, no han conseguido entrar en la localidad. En la noche del pasado viernes, más de 200 personas morían allí mismo en otro ataque en la que ha sido hasta ahora la jornada más violenta desde que se iniciara la revuelta contra Bashar el-Asad hace once meses. Ayer, el barrio más afectado por los bombardeos fue el de Bab Amro, donde un hospital de campaña fue alcanzado por un mortero.

Muchos califican a esta ciudad, situada en el centro del país, como la «capital de la revolución». Pero sus habitantes, víctimas de la brutalidad del régimen, empiezan a sentirse aislados y abandonados. Ayer, un reportero de la BBC, uno de los pocos periodistas que se encontraban en Homs y que pudo dar fe del ataque del Ejército sirio, relataba cómo muchos residentes han perdido la esperanza de que la comunidad internacional acuda en su ayuda y frene la masacre.

El sábado, Rusia y China habían vetado una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para dar una salida a la crisis siria. Occidente y la Liga Árabe no han dejado de intensificar sus presiones sobre Damasco, pero con pocos resultados sobre el terreno. Los muertos en el país alcanzan ya los 5.000, y algunas fuentes opositoras hablan de hasta 7.000.

¿Es una guerra civil?

Técnicamente existen discrepancias sobre si la situación que vive el país puede calificarse de guerra civil o no. En la práctica, los habitantes de lugares como Homs no lo ponen en duda. El conflicto, sin embargo, es muy desigual. En esa ciudad, los miembros del Ejército Libre Sirio, como se han autodenominado los desertores de las Fuerzas Armadas, respondían ayer inútilmente con kalashnikovs al fuego de artillería.

Damasco, dentro de su línea de negación de la realidad, aseguró que no existe ningún tipo de asedio del Ejército a Homs. De acuerdo con su versión, se trata de un ataque de «grupos terroristas armados», los mismos que supuestamente sabotearon ayer un oleoducto en la zona de Yubar, en la misma provincia. El humo que se veía salir de la ciudad, gracias a los vídeos grabados por los propios ciudadanos, fue achacado por las autoridades a vecinos que estaban quemando basura. Sin embargo, desde las mezquitas se pedía a la población que se refugiara en las plantas bajas de los edificios para evitar más víctimas.

La Liga Árabe condenó ayer el cerco sobre Homs. Su secretario general, Nabil el-Arabi, aseguró estar «extremadamente alarmado y preocupado» por el uso de armamento pesado contra los civiles. Una resolución aprobada por la Liga Árabe ha sido, precisamente, la base del documento que se votó el pasado sábado en la ONU. A pesar de todo, Rusia y China ejercieron el veto, algo que los ciudadanos de Homs no olvidarán.