ESPAÑA

Besos en escena y zancadillas entre bambalinas

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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Al margen del símil entre Messi y Pepe citado por Carme Chacón, la jornada inaugural del 38 Congreso Federal del PSOE permitió comprobar que los ánimos en las dos candidaturas están muy, pero que muy, caldeados. Quizás el mercurio está más elevado en la delegación de Andalucía, aunque en todas partes cuecen habas.

El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, se cruzó en los pasillos del hotel Renacimiento con su antecesor y presidente del PSOE, Manuel Chaves, y ni se miraron. El primero está con Carme Chacón y el segundo con Alfredo Pérez Rubalcaba. La hostilidad desapareció ante las cámaras en el plenario. Allí Chaves no dejó de elogiar a Griñán.

La frialdad, que no acritud, también alcanzó a los candidatos. Después de semanas de no dirigirse la palabra, ayer se encontraron uno junto a otro al ocupar sus puestos en el espacio reservado a la comisión ejecutiva e intercambiaron dos besos y hasta unas palabras en medio de sonrisas.

Estas tensiones se reflejaron en el ambiente general. El discurso de Zapatero era una ocasión propicia para liberar sentimientos de emoción contenidos. Pues no. La intervención fue seguida con ánimo desvaído y apenas un par de veces los delegados se rompieron las manos, fue con la alusión al asesinato de Isaías Carrasco y al final, en el momento del adiós, cuando el millar de asistentes se puso en pie y aplaudió con ganas.

Ni siquiera Felipe González, otrora dios en el PSOE, levantó los ánimos. La mención de su presencia en el plenario apenas desencadenó unas tímidas palmas, cuando lo usual es que sea recibido con una ovación atronadora.