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Un modelo de financiación propia y basado en la solidaridad

JEREZ. Actualizado: Guardar
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¿Cuál es el secreto de los empresarios chinos para sobrevivir a la actual crisis, para sacar adelante sus negocios contra viento y marea e, incluso, iniciar nuevas aventuras empresariales en una época en la que lo más habitual es ver cómo el resto tienen que poner el cartel de liquidación y echar el cierre?

Hay muchas respuestas posibles, pero para las asociaciones de autónomos del país la principal es que este colectivo tiene una idiosincracia propia que le evita el que es, junto a la morosidad de las instituciones, el principal cáncer para los pequeños empresarios: la falta de crédito y de financiación por parte de las entidades bancarias.

El presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, explicaba a este medio que estos emprendedores del país asiático «no utilizan los canales de crédito habituales», sino que «tienen un sistema de financiación solidaria, se prestan dinero entre ellos mismos, de forma que tienen garantizada la liquidez en unos tiempos en los que es muy difícil para el resto».

Amor también puso de relieve que los ciudadanos chinos tienen un importante y acusado espíritu emprendedor que va implícito a su cultura, algo que también se puede hacer extensivo al resto del colectivo extranjero que también apuesta por el autoempleo como alternativa a la crisis.

Eso sí, el responsable de ATA también quiso recalcar que el aumento estadístico del número de empresarios chinos en ciudades como Jerez «no significa que se traduzca en un crecimiento real de la actividad empresarial, sino que lo que estamos detectando es que en ocasiones lo que está ocurriendo es que se están regularizando situaciones que antes no estaban controladas por la Seguridad Social». En definitiva, que antes muchos de los ciudadanos chinos no estaban dados de alta, o solo lo estaba uno solo mientras que ahora en cada negocio hay al menos un par que paga sus cuotas sociales.

Amor también expuso que aunque se abren nuevos negocios de manos de estos emprendedores del país asiático, o se amplían los existentes, «eso no siempre viene a aumentar la contratación o el número de asalariados». Así, aunque cada vez es más frecuente ver a trabajadores locales en los negocios regentados por chinos, lo cierto es que casi siempre prima el autoempleo.

«Poco valor añadido»

Desde el punto de vista del presidente de ATA, uno de los aspectos menos positivos de la filosofía de negocio de la población china es que su actividad «no revierte apenas en el crecimiento de la economía general». «No suelen consumir mucho, apenas invierten en otros sectores, dejan poco valor añadido y, por si fuera poco, tienen un modelo de negocio que en ocasiones no se adapta a la normativa local o a las inspecciones locales», apunta al tiempo que añade que «lo más probable es que las segundas y terceras generaciones hayan superado esa barrera».

Sea como fuere, y como el empuje emprendedor extranjero es fundamental hoy en día para la economía, desde ATA demandan al Gobierno que los requisitos burocráticos para que este colectivo pueda montar un negocio sean más flexibles y que se les facilite la financiación y la formación.