Grecia apura las horas para presentar al Eurogrupo un pacto con los bancos

Grecia volverá a acaparar hoy por la tarde buena parte de la atención del Eurogrupo, la reunión mensual de los ministros de Finanzas de la moneda única. El Gobierno heleno apuraba ayer las horas para intentar presentar en el encuentro un principio de acuerdo con sus acreedores privados para aplicar una quita del 50% sobre su colosal deuda. La misión se presenta complicada porque la UE y el FMI reclaman un esfuerzo mayor a los inversores ante el agravamiento de la recesión en el país mediterráneo.

Las negociaciones entre Atenas y sus acreedores se encontraban en punto muerto tras adentrarse en el fin de semana en un clima de optimismo. Las expectativas se desinflaron el sábado cuando abandonó el país Charles Dallara, director ejecutivo del Instituto Internacional de Finanzas (IIF). Este organismo, la mayor asociación mundial del sector, representa a los inversores en unos contactos que ya se suspendieron hace casi dos semanas por falta de avances. El IIF insistió en que Dallara dejó Grecia por un compromiso personal y que un equipo técnico permanecería en el país para proseguir con el diálogo.

El ministro de Finanzas heleno, Evangelos Venizelos, remarcó durante toda la semana pasada que necesitaban alcanzar un pacto preliminar para presentarlo en el Eurogrupo. El gran escollo, sin embargo, sigue sin poder salvarse. Ambas partes no logran acordar el tipo de interés de los nuevos bonos que emitirá Atenas en sustitución de los actuales para materializar la quita. Existía un consenso amplio en torno a unos réditos del 4%, pero la 'troika' formada por la Comisión Europea, el BCE y el FMI ha presionado para que se rebajen al 3,5%, lo que elevaría la quita hasta el 70%. Con Grecia inmersa en su quinto año en recesión, el trío defiende un recorte más agresivo que reduzca realmente el peso de sus 350.000 millones de deuda.

Aunque Atenas no pueda presentar un pacto, los 17 socios del Eurogrupo analizarán al detalle la evolución de las negociaciones. Incluso, no se descarta que la reunión sirva para marcar definitivamente el camino hacia un acuerdo tras verificar las perspectivas de la economía helena. En línea con la 'troika', Alemania exige que la quita contribuya a hacer sostenibles la cuentas del país. De lo contrario, Berlín rechazará la puesta en marcha del segundo rescate de 130.000 millones. Se barajaba como fecha final para el consenso la cumbre de presidentes de los Veintisiete del día 30.

Pugna por el BCE

El Eurogrupo también repasará la situación del resto de países acosados por los mercados. Está previsto que tanto Italia como España presenten sus últimas reformas. En el caso español, el ministro De Guindos, además de informar de los ajustes acordados por el Gobierno, defenderá la candidatura de Antonio Sáinz de Vicuña, actual director del servicio jurídico del BCE, para sustituir a José Manuel González-Páramo en el poderoso Comité Ejecutivo de la entidad al término de su mandato en mayo. España cuanta con el apoyo de Francia, pero los países pequeños -liderados por Holanda- pugnan con fuerza por el puesto.

La agenda de los ministros de Economía se completa con un encuentro posterior del Eurogrupo Plus. Bajo esta denominación, en realidad, se reunirán todos los socios europeos para afinar el pacto de disciplina fiscal. Aunque Reino Unido se había desmarcado, también asistirá para evitar que la fractura en el seno de la UE se ensanche. Los titulares de Finanzas estudiarán el cuarto borrador que se ha pergeñado desde que arrancaron las negociaciones en diciembre. Tras las críticas del BCE, este texto gana en rigurosidad en la aplicación de la regla de oro, el techo de déficit que se quiere introducir en las constituciones para garantizar el compromiso de la UE con el equilibrio presupuestario.

El borrador establece que el Tribunal de la UE supervisará la fórmula legal utilizada por cada país para inscribir la regla de oro. En caso de que se detecten irregularidades, los jueces podrán imponer una multa del 0,1% del PIB del socio en cuestión, el equivalente a 1.000 millones si se toma a España como referencia. De esta manera, se pretende evitar que un país introduzca cláusulas que le permitan sortear el techo del 0,5% de déficit estructural fijado. El objetivo es que en la cumbre del día 30 los presidentes cierren definitivamente el pacto fiscal para que se firme en marzo.