Cañellas celebra la victoria del equipo español ante Croacia. :: EFE
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España da un paso de gigante hacia las semifinales

La selección de balonmano doblega a la invicta Croacia pese a las dudas del principio y confirma así su candidatura al Europeo

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España roza las semifinales. Derrotó a Croacia en un partido que se resolvió en los minutos finales y en el que nunca se desenganchó. Con una victoria en los dos próximos partidos, el equipo de Valero Rivera estará en la lucha por las medallas. Esta victoria tiene un indudable mérito, ya que el combinado que dirige Slavko Goluza no había perdido en la fase anterior ningún encuentro. España confirma así su candidatura a este Europeo. La defensa, tanto el 5-1 como el 6-0, se atragantaron a los croatas sobre todo en la segunda mitad. Esa fue la clave, pues en ataque el equipo español tuvo lagunas en algunas fases.

Los comienzos de España fueron esperanzadores. La primera línea -Sarmiento, Raúl Entrerríos y Gurbindo- creaba problemas a base de mover el balón. Croacia parecía tener problemas contra el 5-1 español, con Roberto García Parrondo como avanzado. Pero fue un espejismo. De pronto, el combinado que dirige Valero Rivera se bloqueó en ataque. Encadenó varias pérdidas de balón consecutivas que propiciaron los letales contragolpes balcánicos. España estaba grogui y eso le costó un parcial de 0-7.

El chaparrón duró hasta que Valero metió en pista a la segunda unidad, con Cañellas, Maqueda y Alberto Entrerríos. Al equipo hispano le cambió la cara. Sin embargo, en los minutos finales, España tampoco las tuvo todas consigo, y con goles de del gigantón Kopljar y Cupic Croacia logró marcharse al descanso con una diferencia de tres dianas (11-14).

España, en el retorno a la pista, decidió dar un giro en el aspecto defensivo. Colocó un 6-0 con Gedeón Guardiola y Viran Morros en la zona central. Sarmiento asumió un papel protagonista en ataque al lograr los dos primeros goles españoles. El encuentro se mantuvo en estos parámetros de igualdad durante muchos minutos.

La emoción máxima llegó al final. Un último ataque. Cierto desorden hasta que apareció el brazo de Joan Cañellas, soberbio durante todo el torneo, para sacar una lanzamiento que Alilovic no pudo detener (24-22).