Sociedad

Una cabezadita en el bar

París inaugura el primer establecimiento de Francia en el que los clientes pagan por dormir y relajarse unos minutos

PARÍS. Actualizado: Guardar
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La vida moderna conlleva tal estrés que algunos empresarios avezados han tenido que inventar un establecimiento en el que se paga por descansar unos minutos. Así, en medio de la vorágine de una elegante galería comercial del centro de París se acaba de inaugurar Zen Bar de Siestas, un pequeño local que se ha convertido en el primer local de Francia en el que los clientes pueden dormir y relajarse. Uno de los fundadores del negocio, Christophe Chansavang, explicó ayer que se trata de una práctica que «no es muy común en Francia», pero que pretende «hacer evolucionar la mentalidad poco a poco».

«En Francia es un tema un poco tabú, por eso la gente viene aquí a descansar un rato sin que se entere nadie en la oficina», agregó Chansavang, de 31 años. El local, situado en el Passage Choiseul, cuenta con seis cabinas de siesta, tres de ellas equipadas con sillones automáticos de masaje encargados a medida que cuestan «varios miles de dólares» y otras tres con camas en las que es posible recostarse o someterse a un masaje shiatsu.

Los clientes, más mujeres que hombres hasta el momento, son esencialmente profesionales que trabajan en una zona de oficinas y que acuden al 'bar de siestas' sin cita previa. Allí, por 12 euros (unos 15,4 dólares), es posible puede disfrutar de una «microsiesta» de quince minutos. Las tarifas aumentan progresivamente hasta los 27 euros (35 dólares) por una «siesta real» de 45 minutos, aunque se pueden suscribir abonos que reducen la cuantía de estos tiempos de descanso.

Además de tomar un té, los usuarios pueden también disfrutar de una sesión de pedicura orgánica practicada por peces o comprar diferentes productos relacionados con la cosmética o la relajación. «Hay conceptos que se acercan al nuestro, pero como este no hay ninguno en Francia», explicó el fundador de este nuevo negocio, que alabó las virtudes de echar una cabezada a mitad de jornada porque facilita la «recuperación física y muscular» y también «la intelectual, ya que mejora la memoria y la creatividad», dijo.

Aunque Chansavang ha viajado a destinos turísticos como Barcelona, Mallorca o Ibiza y habla un poco de español, la inspiración de su 'bar de siestas' viene de Asia, según comentó. No obstante, es un modelo de negocio que ya cuenta con algunos ejemplos notables, como el 'Siestario' de Buenos Aires.

Abierto este local parisino desde el pasado septiembre, los dueños reflexionan ahora sobre la posibilidad de abrir otros centros en el distrito de negocios de La Défense, a las afueras de París, o en otras ciudades de Francia como Lyon o Lille.