Una fila de puestos del mercado cerrados a cal y canto por la falta de clientes y la poca rentabilidad de los negocios. :: C. C.
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El PSOE plantea el traslado del Mercado Central al Almirante Laulhé

El descenso de las ventas y el cierre de puestos urgen a que se acometan medidas para evitar un posible cierre de la instalación

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Resta y sigue. El Mercado Central ha entrado en una espiral de caída libre y cada vez son menos las personas que acuden al equipamiento para realizar sus comprar diarias y más los puestos que siguen cerrando ante la falta de viabilidad económica. En total ya van por 20, lo que muestra un aspecto algo desconcertante y ciertamente desangelado en el interior del recinto. Está claro que deben tomarse medidas urgentes y radicales para evitar un posible cierre. Así lo entiende al menos el Partido Socialista (PSOE) que ha presentando un total de 25 medidas para reflotar el Mercado Central.

Entre los puntos más llamativos se encuentra la construcción de una nueva instalación cuya ubicación ideal para el portavoz del grupo de la oposición, Fernando López Gil, sería en la nueva bolsa de aparcamientos del parque Almirante Laulhé, respetando finalmente un total de 150 estacionamientos para uso exclusivo de clientes del mercado. ¿Es inviable económicamente? Está claro que en la situación actual pocos proyectos son factibles, pero al menos la propuesta pretende ser más rentable que la creación de un edificio administrativo, que iría ubicado, según los planes municipales, en el mismo lugar.

La intención del PSOE es la de solicitar diferentes tipos de subvenciones de la Junta y del Estado en planes de reactivación comercial que subvencionaría el 50 por ciento de la obra del mercado y adaptar el actual recinto como el edificio administrativo, para aglutinar todas las delegaciones del Ayuntamiento, además en un sede céntrica y trasera al actual Palacio Consistorial. Una operación que reduciría los costes de construcción de un nuevo edificio administrativo, que no contaría con ninguna ayuda.

Además se daría la posibilidad de planificar el mercado de acuerdo a las nuevas iniciativas que se están llevando a cabo para reflotar este sector, que en la ciudad se ha quedado anticuado, no solo en infraestructura sino que también en el modelo de gestión. Por ello López Gil propone la creación de una Oficina de Gestión (en vez de ser el responsable del área un delegado municipal) presidida por un comerciante y un detallistas elegidos por las mismas entidades y cuyo gerente y plantilla saldría del propio Instituto Municipal de Promoción Isleña (IMPI). De esta manera, además se actualizarían los puestos y como ya ocurre en otros lugares ese adaptarían los puestos (como así ocurre en otras ciudades) para que las personas puedan entrar en su interior y seleccionar ellos mismo los productos. La otra opción que se maneja es la adaptar el actual mercado a todas estas premisas. «Lo que esta claro es que algo se tiene que hacer ya que actualmente van solo personas mayores, mientras que los jóvenes buscan otros sitios a los que acudir para comprar y van a los súper de barrio».