Economia

Galán alerta del riesgo de deslocalización de grandes empresas en España

Alierta ve como un paso «espectacular» el pacto comunitario, y Brufau pide «más Europa» y se lamenta de falta de liderazgo en la UE

BILBAO. Actualizado: Guardar
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Sesión de pesos pesados durante la última jornada del Congreso de Directivos que, organizado por CEDE, se ha celebrado estos días en Bilbao. Ayer, en jornada de clausura presidida por el príncipe de Asturias, el Palacio Euskalduna acogió a los presidentes de cuatro de los mayores grupos empresariales españoles: César Alierta, de Telefónica, Ignacio Sánchez Galán, de Iberdrola, Antonio Brufau, de Repsol, y Antonio Vázquez, de Iberdrola. Junto con el presidente de KPMG, John Scott, y del vicepresidente ejecutivo del ICEX, Fernando Salazar, integraron la mesa sobre 'Líderes en Internacionalización'.

El plantel de ponentes era de tal dimensión y sus intervenciones generaron tal expectación que incluso el Príncipe optó por adelantar su llegada al evento varias horas para participar como un oyente más. Después de escuchar a los ejecutivos, don Felipe pidió «fortaleza y valentía» al mundo empresarial, al que reclamó que huya del «fatalismo», y que se afane en crear puestos de trabajo. «Sin crecimiento, sin empresas que tengan éxito y tiren del empleo, poco podemos hacer», declaró el heredero.

Durante las exposiciones de los ejecutivos se pudieron escuchar muchos mensajes que tuvieron un común denominador, que la internacionalización de las compañías es imprescindible para superar la crisis. Pero más allá de esa coincidencia, tal vez el mensaje más contundente fue el lanzado por el presidente de Iberdrola.

Ignacio Sánchez Galán advirtió de que en la economía nacional «hay aspectos» que ponen el peligro el anclaje en España de grandes empresas nacionales que actúan como grupos tractores. Por lo tanto, alerto de que existe riesgo de que estos se puedan deslocalizar, con el negativo impacto económico que ello tendría.

Vulnerables

El presidente de la eléctrica no se quiso andar por la ramas y fue al grano. Achacó a la adopción de determinadas «medidas legislativas» el aumento de la vulnerabilidad de las compañías «para seguir manteniendo aquí sus centros de decisión».

Y para evitar el peligro de deslocalización, pidió «actuar» sobre los factores que provocan una «pérdida continua» de competitividad. Citó varios de esos aspectos. Entre ellos el mayor coste de la financiación al que tienen que hacer frente las empresas españolas en los mercados internacionales por el alza de la prima de riesgo, el fuerte descenso de la productividad por las rigideces del mercado de trabajo, la fiscalidad «no siempre atractiva» y, por último, la «preocupante»percepción de «inestabilidad jurídica» para, por ejemplo, la protección de las inversiones.

Al margen de ese peliagudo asunto, Sánchez Galán reiteró la apuesta de su grupo por el «tejido del país» y destaco que la internacionalización de las empresas se sitúa como un elemento clave para superar la actual situación. Un diagnóstico con el que coincidió plenamente César Alierta, quien aprovechó su intervención para pedir que el ICEX apoye más a las pymes en sus procesos de internacionalización, porque «eso no está pasando». Al respecto, lanzó un 'pulla' a esa institución pública y afeó la escasa apuesta del Estado en ese campo. «Para solucionar el mayor problema de la economía española, al ICEX le han dado sólo 200 millones y 450 funcionarios», espetó.

La situación de la Unión Europea también formó parte del debate. Los ponentes coincidieron en la importancia de las decisiones adoptadas por la última c umbre comunitaria, pero también criticaron a los actuales mandatarios europeos por sus posturas.

Alierta calificó como «espectacular el paso dado en Europa» con el acuerdo del miércoles y «gracias a él la presencia europea a nivel mundial será más relevante». Por su parte, Galán valoró la cumbre como «un gran paso en la buena dirección, que va a suponer a medio plazo una cesión de soberanía en algunos campos, sobre todo en los económicos fiscales».

Pero en la otra cara de la moneda, el presidente de Iberdrola pidió a los políticos europeos que «piensen menos en las elecciones y más con visión a largo plazo». Alierta pidió «más coordinación» y Brufau se lamentó de que a Europa «le falta liderazgo» y advirtió de que «necesitamos más y mejor Europa».