CRÍTICA

LA BULERÍA SE TIÑE PARA SIEMPRE DE MORAO

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La figura enorme en vida de Manuel Morao se agiganta aún más tras su perdida hace unas pocas semanas. La Fiesta de la Bulería le ofreció un más que merecido homenaje y tributo al guitarrista de Santiago. Tributo rendido desde la palabra hablada, desde el cante y desde la gestualidad del baile de Joaquín Grilo. La fiesta de Jerez, la bulería de la que Manuel Moreno era abanderado, fue la mejor forma de hacer presente su espíritu en el escenario.

Felipa del Moreno, Luis Carrasco 'Periquín', Tamara de Tañé, Rafael 'El Zambo', Dolores de Periquín, Maloko Sordera, Juan de la Morena, Joselete 'Mucho Gitano', José del Mijita y Nono de Periquín acompañados por las guitarras de Manuel Carrasco 'Jerito' y Nono Jero abrieron la velada con una extensa ronda de bulerías.

La juventud y la diversidad estilística marcaron el festivo arranque de la noche.

El Tolo puso un punto de jondura y despachó una soleá bien templada en la que se mostró fino de voz y cómodo con los tiempos. Por fandangos asumió sin problemas el vértigo de cantar sin microfonía acompañado de un respetuoso silencio y un enorme aplauso al remate. El de la Plazuela se despidió por bulerías dejando un muy buen sabor de boca.

A continuación Vicente Soto Sordera brilló por martinete y toná y cumplió con creces por fandangos y bulerías, acompañado por la notable sonanta de Manuel Valencia.

El broche a la primera mitad de la noche lo puso el maestro Pansequito con un recital soberbio. Por alegrías arrastró los tiempos y alargó las frases con la genialidad que lo caracteriza. En la soleá elevó el cante al punto más alto de la noche, un ejercicio sobresaliente de pureza y de singularidad en el arte grande.

Con las luces rojas indicándole que el tiempo se le acababa nos quedamos con unas bulerías a medias, un abrupto punto y final a una actuación magistral.

Cervezas y pescaíto mediante, volvimos a posar nuestros ojos sobre las tablas para no parar de frotárnoslos durante la actuación de Joaquín Grilo. El jerezano suma a su indudable calidad y personalidad un actual momento de gracia absoluto. Se gustó y nos gustó, entre las bulerías y las alegrías. Descompuso y compuso a placer el baile y la figura, escoltado por las voces de su hermana Carmen, El Londro y Miguel Lavi. El público lo aclamó puesto en pie y pidió un bis que remató a camara lenta, como ya hiciese hace cinco años en su anterior comparecencia en la Fiesta de la Bulería celebrada en Chapín.

La papeleta de lidiar con el vacio que Joaquín dejó sobre las tablas lo solventó Tía Juana la del Pipa con el arte que en ella es habitual. Soleá, fandangos y bulerías con un Manuel Valencia de nuevo brillante.

Y para poner el colofón a la noche la granadina Marina Heredia, demostró el porqué de su actual posición y popularidad entre los aficionados al flamenco. Desgranó unas tremendas malagueñas y una fantástica seguiriya. La cabal, exquisita, mereció un punto y aparte.

El fin de fiesta con todos los artistas sobre las tablas se complementó con la emocionante imagen de Manuel Moreno Junquera, 'Moraíto de Jerez', en la pantalla lateral.

La bulería, palo jerezano por antonomasia, sirvió de homenaje a uno de los artistas que más y mejor han representado su esencia, dentro y fuera de nuestras fronteras.