Cádiz

Los armadores del 'Vaporcito tendrán que decidir en un plan de rescate si reflotan el barco

La famosa embarcación se fue ayer a pique en el muelle Reina Victoria de la capital debido a una vía de agua, sin que sus 80 pasajeros sufrieran daños

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Un día después del hundimiento del 'Vaporcito', el mítico barco sigue flotando en el muelle Reina Sofía. Capitanía Marítima y la Autoridad Portuaria han requerido por escrito a la empresa propietaria de la embarcación, Adriano S.L., la presentación de un plan de rescate en el que tendrá que aclarar si las intenciones del armador es reflotar o, por el contrario, deshacerse del que ha sido un símbolo de la Bahía.

El gerente de esta empresa, Andrés Fernández Valimaña, se ha personado esta mañana en el puerto gaditano y ha transmitido su disposición a entregar lo antes posible el informe solicitado. En cuanto a las causas que provocaron que la proa del ‘Vaporcito’ diera contra la Punta del Sato en la bocana del puerto, el presidente de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, Rafael Barra, ha declarado hoy a este periódico que «confía» en la versión del patrón. Así, Capitanía Marítima ha tomado ya declaraciones a Juan Antonio Vélez, timonel que estaba ayer al frente del ‘Vaporcito’. El patrón ha insistido en que perdió el gobierno del barco al enfilar la punta del dique, en su intento de alejarse de un catamarán que navegaba cerca. Para Barra, la hélice de la pequeña embarcación es hidráulica y «es bastante probable que se estropeara». En ese sentido, alude a la trayectoria y la «profesionalidad» de Juan Antonio.

Una quincena de denuncias

Por su parte, más de quince pasajeros han presentado su correspondiente denuncia ante la Guardia Civil de los servicios portuarios. Los que viajaban a bordo del símbolico buque tienen otra versión de los hechos y mantienen que el patrón «se quedó dormido». En todo caso, Capitanía Marítima ya ha abierto una investigación de las causas técnicas que tendrá que ser enviado al Ministerio de Fomento.

El hundimiento

Los mitos suelen forjarse cuando las personas o los objetos que los forman desaparecen y la nostalgia, las leyendas y el cariño de la gente hacen el resto. Sin embargo, en el caso del 'Adriano III', el famoso 'Vaporcito de El Puerto', el mito ya existía mucho antes de que en la tarde de ayer, de forma sorprendente, el «barquito más típico y más castizo de toíto el muelle de Cádiz», que cantaba Paco Alba, se hundiera en el mismo puerto gaditano del que tantas veces había partido camino de El Puerto, y vuelta. Una vía de agua, causada al parecer al chocar con unas piedras en la entrada del muelle, parece ser la causa del naufragio que en menos de media hora acabó con la famosa silueta, el símbolo de la Bahía, tragada por las aguas junto al candil del muelle Reina Victoria. El 'Vapor' pudo llegar hasta él a tiempo para que los ochenta tripulantes que viajaban a bordo pudieran desembarcar sanos y salvos, sin que hubiera que lamentar heridos, aunque con un gran susto metido en el cuerpo.

Las primeras voces de alarma se produjeron a las seis y cuarto de la tarde, cuando el 'Adriano III', que hacía su penúltimo trayecto del día desde la localidad portuense, tomó la bocana del muelle de la capital. Al parecer -según fuentes de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz- un problema mecánico hizo que el patrón perdiera el control del timón durante un momento, cuando el 'Vapor' se encontraba cerca de la llamada punta del Sato -junto a la planta Delta del muelle-. Algunos pasajeros, en cambio, achacaban ayer el accidente a un posible error humano del timonel, al que la Policía le realizó las pruebas de alcoholemia. El barco sufrió un fuerte golpe, probablemente contra unas piedras, que llegó a alterar incluso a los turistas que viajaban en él.

Escenas de nerviosismo

No en vano, el teléfono de emergencias 112 recibió al menos cinco llamadas de estos turistas, que advertían lo poco que podían advertir: que habían sufrido un golpe, pero no qué consecuencias podían tener. Nadie había sufrido heridas y la embarcación continuaban su camino en dirección al muelle, al que faltaba apenas un minuto para llegar. Sin embargo, por teléfono las voces de los pasajeros evidenciaban que a bordo se estaban viviendo algunas escenas de nervisismo e inquietud, que se calmaron cuando al fin tocaron tierra firme. Aun así, algunos de ellos, al desembarcar, decidieron presentar una denuncia. Desde el 112 se activó de inmediato un dispositivo de emergencias en el que se movilizaron a los bomberos, a la Guardia Civil y a efectivos de la Autoridad Portuaria, que dispusieron en torno al casco una barrera absorbente, para evitar que posibles vertidos de carburante se extendieran por el muelle. Además, los bomberos trataron de achicar agua del casco con una bomba. Pero ya era demasiado tarde y la cubierta se hundía poco a poco, mientras curiosos y pasajeros hacían vídeos y fotos de un momento que pasará a la historia.

Y es que ayer, bajo las aguas de la Bahía no solo desapareció el 'Vaporcito'. Con él se hundió el recuerdo de muchos gaditanos que saben que entre El Puerto y Cádiz se han contagiado años de «sueños marineros» y que ahora han presenciado como la alegría del muelle se convertía en una ahogada pena. La estampa de la cubierta superior del 'Vaporcito' flotando junto al cantil del muelle fue observada durante horas por el personal portuario. Frases de impacto se mezclaban con alusiones a un pasado donde el 'Adriano III' era el rey de la Bahía. Pero ningún presente contaba con no volver a ver navegar el que ha sido durante años el pequeño buque más querido por Cádiz.

Dentro del puerto, en el bar El Chiringuito, los clientes intercambiaban impresiones. «Ha sido cuestión de solo quince minutos, me avisaron y fue corriendo a verlo. He grabado un vídeo porque una imagen así me impresionaba mucho», comentaba el encargado del local, Florencio David Daza. El joven mostraba las imágenes que había tomado con su móvil sin creerse aún lo que estaba viendo y añadía «espero que lo refloten y vuelva a funcionar». David Alejo fue otro testigo del momento en el que el mar comenzó a tragarse al mítico barco: «cuando yo llegué ya estaba junto al cantil pero me ha impactado muchísimo ver cómo un símbolo de Cádiz desparecía ante mí». David trabaja de cargador de contenedores en el puerto gaditano y el 'Vaporcito' ha sido su compañero día tras día, por eso, la tristeza se hacía visible en su rostro.

La consternación se mezclaba con la incógnita del origen del suceso y, ante la desinformación de las primeras horas, todos hacían sus cábalas. «No sabemos qué ha podido pasar ni cómo el 'Vaporcito' se ha estrellado. Igual ya estaba estropeado de antes. Para saberlo tendremos que esperar, pero lo importante es que no ha habido ningún herido», explicaba Luis Jiménez, otro joven que había presenciado el hundimiento. Los clásicos banquitos de madera, en los que han pasado tantos gaditanos y turistas, apenas flotaban. Era la última triste imagen que ofrecía el 'Vaporcito' a su patrón, Juan Antonio Vélez. Él solo quería pensar en que no ha habido que lamentar daños personales y confiaba en que los armadores decidan reflotar el mito. Según explicó ayer 'in situ' la alcadesa de Cádiz, Teófila Martínez, «esperemos que cuando lleguen los armadores decidan volver a ponerlo a flote». Por su parte, el alcalde de El Puerto, Enrique Moresco, también mostraba su «más profundo pesar» por el suceso.