La camarera que denunció a Strauss-Kahn y su abogado comparecen ante los medios tras conocer la decisión del fiscal. :: MARIO TAMA / AFP
MUNDO

Strauss-Kahn acaricia la libertad

El fiscal pedirá que retire los siete cargos contra el político francés al no considerar a la demandante «una víctima creíble»

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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Si el fiscal de Manhattan Cyrus Vance Jr se sale hoy con la suya, Nafisatou Diallo, la guineana de 32 años que osó enfrentarse a uno de los hombres más poderosos del mundo, no tendrá la oportunidad de defender su caso ante los tribunales. Vance le informó ayer de que retira los siete cargos que presentase hace cuatro meses contra Strauss-Kahn porque no la considera una víctima creíble y hoy defenderá esa decisión ante el juez. «No le ha dado la espalda a esta víctima sino a las pruebas forenses», protestó su abogado Kenneth Thompson al finalizar el encuentro que duró menos de 30 minutos.

La decisión no solo es un chasco para la camarera que le acusa de haber intentado violarla y obligarla a mantener sexo oral, sino para todas las mujeres de EE UU que, salvo que tengan un pasado impoluto o testigos que las respalden, no podrán defenderse legalmente de un abuso sexual. Ante esa preocupación, cientos de mujeres se manifestaron ayer frente al tribunal para pedir que la suerte del caso la decida un jurado, en lugar del circo mediático que hasta ahora ha marcado el paso.

Cuando la camarera del Hotel Sofitel denunció los abusos el pasado 14 de mayo, la Policía la encontró tan creíble que sacó al entonces director del Fondo Monetario Internacional (FMI) del asiento de primera clase en el que pretendía volar a Francia. Muchos dirán que las acusaciones de Diallo, verdaderas o falsas, le han costado a Strauss-Kahn su cargo, su reputación y puede que la presidencia de Francia, para la que se preparaba en el momento de su detención, además de menguar la fortuna de su esposa, que ha pagado 35.000 euros al mes por la casa de alquiler en la que ha servido arresto domiciliario y 140.000 a la empresa de seguridad que lo vigilaba.

Pero Strauss-Kahn nunca ha negado haber mantenido relaciones sexuales esa mañana con la camarera, sólo niega que fueran forzadas. Si el juez acepta la decisión del fiscal, las pruebas de ADN obtenidas en la suite de lujo, las cintas de seguridad que presuntamente mostraban su huida apresurada y las voces de los testigos que consolaron a la presunta víctima no pasarán por el escrutinio de los tribunales, sólo por el de los periódicos que han vertido ríos de tinta a su costa.

El caso empezó a derrumbarse seis semanas después de que el exdirector del FMI fuera detenido, cuando la policía obtuvo la traducción de una llamada telefónica que Diallo hizo al día siguiente de los hechos a un compañero que estaba en la cárcel. Según la primera versión, cuestionada por su abogado, ella le habría hecho saber que el hombre al que se enfrentaba tenía mucho dinero, lo que arrojó sospechas sobre sus intenciones. A eso se le sumaron ciertas inconsistencias en el relato de los hechos, así como mentiras descubiertas en su petición de asilo y su declaración de impuestos.

Contradicciones

«Hubiera sido diferente si nos lo hubiera dicho todo al día siguiente o al otro, pero se lo tuvimos que sacar durante semanas, y cuando la enfrentábamos a la verdad siempre le echaba las culpas a alguien más en vez de aceptar su responsabilidad», contó una fuente de la Oficina del Fiscal a 'The New York Times'. «No podíamos decirle a un jurado que nos ha estado mintiendo pero que deben creerla».

Su abogado ha pedido al juez que recuse al fiscal del caso y nombre a un fiscal especial, pero en realidad su mejor apuesta es la demanda civil en la que pedirá a Strauss-Kahn daños y perjuicios por las secuelas de un ataque «violento y sádico». No hay que olvidar que el jugador OJ Simpson fue exonerado de cualquier responsabilidad criminal en el asesinato de su exmujer, pero condenado a indemnizar a la familia en el juicio civil. El político francés, sin embargo, sería libre de volver a su país en cuanto se le retiren los cargos y como Francia no tiene tratado de extradición con EE UU, la posibilidad de forzarle a pagar una indemnización multimillonaria tiene más visos de ser pactada que forzada.