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Escalada de violencia en Israel y Gaza

El Ejército hebreo y Hamás intensifican su ofensiva mientras la tensión se dispara en El Cairo por la muerte de cuatro militares

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Una lluvia de cohetes en el sur de Israel y los cielos de Gaza sobrevolados por aviones y helicópteros de Tel Aviv reflejaban ayer la peor ola de violencia que sufre la región en más de dos años. Los trágicos días de la operación Plomo Fundido en 2009 sobre la Franja regresaron a la memoria en una segunda jornada de fuego cruzado que costó la vida a dos palestinos e hirió a veinte civiles, así como a una decena de ciudadanos hebreos. La espiral de tensiones se incrementó con la muerte «por error» de tres militares egipcios y las denuncias del Gobierno de Netanyahu hacia El Cairo por considerar que la falta de vigilancia en la península del Sinaí ha permitido la entrada de «terroristas».

El último capítulo de enfrentamientos costó la vida a un joven de trece años por el bombardeo contra la vivienda de un jefe local del movimiento islamista Hamás en un barrio del este de Gaza capital. El impacto causó un incendio que se propagó con rapidez a las viviendas vecinas, lo que provocó que otras 17 personas, sobre todo mujeres y niños, resultaran heridas. La segunda de las víctimas mortales fue un miliciano de 22 años, miembro de un comando de lanzadores de cohetes atacado desde el aire, según precisó el Ejército israelí.

Los ataques de las Fuerzas Armadas hebreas se produjeron principalmente en localidades como Zeitún, Beit Lajie, Beit Hanoun y Janyunes, así como los túneles de contrabando de la fronteriza Rafah. La ofensiva dejó sin suministro eléctrico algunas zonas de la Franja debido a la explosión de una bomba cerca del campo de refugiados del enclave de Nuseirat.

En plena cadena de represalias, la milicia palestina Hamás lanzó más de quince cohetes al sur de Israel, dos de los cuales impactaron contra una sinagoga situada en la ciudad portuaria de Ashbod, a unos 35 kilómetros al norte de la Franja. El proyectil dejó al menos diez heridos -uno de gravedad- que lograron huir del templo judío tras escuchar el primer estallido.

La crisis que ha reabierto las heridas en Oriente Próximo ha involucrado de lleno a Egipto esta vez porque, tal y como apunta el Gobierno de Tel Aviv, el grupo de terroristas cruzó por la península del Sinaí y cree que algunos de los que sobrevivieron al ataque están aún escondidos en la zona fronteriza, donde el consejo supremo militar que gobierna el país árabe ha declarado la alerta máxima como respuesta a las presiones del primer ministro hebreo, Benjamín Netanyahu.

La inestable frontera egipcia

Tras el ataque de hace dos días en el que un grupo armado acabó con la vida de ocho israelíes en la ciudad fronteriza de Eilat, las autoridades israelíes sostienen que los asaltantes -entre 15 y 20 milicianos, según el diario 'Haaretz'- utilizaron los túneles empleados para el contrabando en Gaza y luego llegaron a suelo hebreo a través del Sinaí egipcio. La península, reforzada tras la caída de Hosni Mubarak con la presencia de otros 800 soldados de El Cairo, se ha convertido durante los últimos meses en escenario de atentados contra gasoductos y comisarías. La tensión con Egipto se ha visto multiplicada por la muerte de tres militares y un policía del país árabe por el fuego de un avión israelí que perseguía a dos presuntos terroristas en la línea limítrofe que separa ambos países en el Mar Rojo. Tel Aviv reconoció, posteriormente, que se trató de «un error». «Investigaremos lo sucedido de forma exhaustiva y entregaremos nuestras conclusiones a Egipto», aseguró un portavoz militar.

El incidente provocó ayer reacciones de condena entre diferentes partidos y representantes políticos, que exigieron al Gobierno de El Cairo que dé una respuesta firme. «Los sionistas tienen que entender que nuestra sangre se ha vuelto muy valiosa después del gran éxito de la revolución del 25 de enero», sentenció el líder de los Hermanos Musulmanes, Saad Katatni. Por su parte, el exsecretario general de la Liga Árabe y actual candidato para las próximas elecciones parlamentarias, Amro Musa, pidió convocar a consultas al embajador israelí en Egipto. Su postura resultó mucho más templada que la del aspirante a las presidenciales, Hamden Sabahy, quien reclamó la inmediata expulsión del diplomático.

Cerca de 300 personas protestaron ayer ante la misión diplomática israelí en El Cairo para pedir la expulsión del embajador Itzhak Levanon como respuesta a la muerte de los tres miembros de las fuerzas de seguridad egipcias. «Queremos que se reaccione para enseñar a Tel Aviv que debe alejarse de nuestras tierras», afirmó un manifestante.

El consejo supremo militar que dirige del país tras el derrocamiento de Mubarak ha optado, sin embargo, por el entendimiento con Israel. Por lo pronto, ha enviado refuerzos a la zona atacada y tiene previsto reunirse hoy con líderes tribales para pedirles cooperación y explicarles lo peligroso de la situación. El mismo día de los ataques, militares del país árabe detuvieron además a unas 20 personas acusadas de estar implicadas en los atentados perpetrados en el Sinaí en los últimos meses.