Grandes empresarios metalúrgicos

Debió de ser a finales de los años 70 del pasado siglo cuando conocí a Luis Núñez. Recuerdo, que tenía un exiguo taller en un pequeño casco de nave en la barriada del Pelirón; allí hacía todo tipo de trabajos relacionados con la carpintería metálica. No pasó mucho que lo vi progresar y tecnificarse haciéndose uno de los pioneros en la manufacturación del aluminio, material por entonces desconocido en Jerez.

Para ello se proveyó de la maquinaria adecuada y especializada para su corte y ensamblado y, por supuesto, de los conocimientos técnicos para su manipulación, ya que por entonces la construcción con este tipo de material era prácticamente artesanal y se requería ser ajustador de primera para trabajar como mínimo al milímetro.

En una ciudad como Jerez, en la que por aquellos tiempos, los que se hacía eran trabajos de forja y de calderería, entrar en un taller limpio, de escasa pero moderna maquinaria llamaba enormemente la atención.

Luis Núñez fue en su infancia y juventud uno de aquellos niños a los que las circunstancias de la postguerra obligó al aprendizaje y al trabajo. Su padre tenía en la barriada del Pelirón un taller de construcción de carros; quizá los lectores no sepan lo que implica el dominio de esa profesión (para el que esto escribe) uno de los oficios artesanos más complejos y completos que el hombre pueda ejercer. Para fabricar carros de madera ya fuera para el transporte pesado de botas y bocoyes así como otros más ligeros para las labores del campo y la vendimia, se requería un amplísimo conocimiento artesanal, teniendo que dominarse oficios como: la carpintería, la forja, la calderería, la cerrajería, la soldadura, la pintura, especialidades artesanas en las que se ha de ser un virtuoso; no basta tener conocimientos someros, labrar y montar la rueda de un carro entraña tal cúmulo de dificultades que sólo aquellos que han nacido y crecido en torno a esa profesión son capaces de afrontar dicha tarea. Para empezar se han de tener especiales conocimientos de la madera que se ha de trabajar, ya que ha de ser de una clase muy determinada, contando también su estado de curación o sequedad, el corte que necesita cada pieza; pues no es lo mismo la del torneado del buje, que la empleada para el corte y el labrado de la llanta, como tampoco la necesaria para el montaje de los radios. En este ambiente de trabajo y de oficios creció nuestro protagonista de esta semana, quien inmerso en ese espíritu de lucha y sacrificio, decidió crecer tecnológicamente, evolución, que como es lógico, requería formación, para lo que Luis se matriculó en la Escuela de Formación Profesional de los Salesianos de Puerto Real donde llevó a cabo los estudios de Oficialía y Maestría Industrial, a raíz de los cuales, se especializó y comenzó su exitosa andadura profesional en nuestra ciudad.

Luis Núñez Fuentes nació el 28 de abril de 1938 en el céntrico barrio de la Albarizuela, concretamente en la calle Gómez Carrillo. Es el tercero de una familia formada por siete hermanos: Maruja, Pepe, Luis, Carmen, Antonia, Diego y Encarnación. Hizo sus primeros estudios en el cercano colegio del Buen Pastor de los Hermanos de la Salle, para posteriormente ingresar y hacer la formación profesional con los Salesianos en Puerto Real.

Ejemplo paterno

Como decíamos, Luis se educó en el trabajo a través del ejemplo que recibió de su padre, no cabe duda que su aguzado ingenio, talento y carácter disciplinado hicieron el resto. Debido a ello, ejerció múltiples actividades profesionales y deportivas.

Antes de abrir su propio taller, trabajó en talleres de la importancia de Máximo Cobo o de Talleres San Telmo.

Pero fueron sus inquietudes profesionales, ambición y afán de progreso las que lo hicieron tomar la iniciativa de abrir su propio taller, cosa que hizo al final de la década de los 70 primeros de los 80. No habiendo interrumpido esta actividad hasta la fecha.

A los pocos años de permanencia en la barriada del Pelirón y , dado el volumen de trabajo que estaba llevando a cabo, así como los numerosos proyectos que tenía encima de la mesa, decidió dar el paso de montar un moderno y amplio taller con el que hacer frente a las múltiples posibilidades que el futuro traía consigo. Eran años de expansión y desarrollo en todos los sectores de nuestra ciudad, lo que redundaba en la industria y en la economía. Debido a ello, la antigua Caja de Ahorros de Jerez experimentó un cambio drástico en su dirección, la que acorde con los tiempos y el alentador futuro económico que se avecinaba, supo estar a la altura de las circunstancias y con Jesús Mantaras al frente como director general, comenzó un imparable desarrollo socio económico y cultural en el que Luis Núñez participó, transformándose en un colaborador esencial de la expansión de nuestra señera y más antigua de las Cajas de Ahorros de España.

A tal efecto, Luis Núñez llegó a tener en la central de dicha entidad una oficina a cuyo frente situó a su hermano Diego, quien dirigía las obras de construcción de las múltiples sucursales que la Caja de Ahorros fue abriendo en aquellas dulces décadas económicas. Debido a ello, en las amplias y modernas instalaciones del nuevo taller de Luis Núñez del Polígono del Portal, se recibían a diario los partes de trabajo de: forjados metálicos y cerramientos, aleros y remates de paramentos, como también de los interiores donde se instalaban los elementos de carpintería metálica, los que con su marchamo de calidad y montaje tenían el sello de las manufacturas de Luis Núñez. Debido al proyecto de expansión de la Caja de Ahorros de Jerez y al ambicioso plan de futuro que la dirección se había propuesto llevar a cabo, la Caja de Ahorros de Jerez fue abriendo sucursales por toda la provincia de Cádiz hasta montar un total de 122 sucursales, no existiendo prácticamente ningún pueblo por recóndito que fuera, que no tuviera la suya.

Para llevar a cabo tamaña expansión, la dirección de dicha entidad contó casi en exclusiva con Luis Núñez en cuya profesionalidad depositó toda su confianza, siendo éste quien se encargara de prácticamente toda la obra así como la fabricación y montaje del portaje, mostradores, cabinas de seguridad...

Fue tal el volumen de trabajo al que la empresa tuvo que hacer frente, que Luis Núñez quiso contar antes que nada con sus hermanos; primero, con José, quien se dedicó a llevar la administración y segundo con Diego que era el que mano a mano con los arquitectos y peritos de la Caja de Ahorros, llevaba la gestión de las obras de las nuevas sucursales.

Crecimiento empresarial

Contando con la participación de sus hermanos y un equipo humano de casi cien empleados, los talleres Luis Núñez hicieron en Jerez numerosas construcciones y obras de estructura de las que podemos destacar, entre otras: el Hospital de Jerez, el edificio de la Delegación de Hacienda de Jerez, como también el edificio de la Tesorería General de la Seguridad Social de Cádiz. Concesionarios de vehículos como el de Cadimar, Jerez Motor, Jedasa, Toyota del Puerto. La Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves de Jerez o la Casa Hermandad de las Viñas...

Luis Núñez Fuentes se casó con Indalecia Borrajo González; su novia de toda la vida, a la que conoció vestida de mantilla una tarde de Semana Santa. Se casaron el Domingo de Resurrección (14/4/1968) en la Iglesia de los Jesuitas de El Puerto de Santa María, siendo la celebración en el Club Náutico del Puerto. Fruto de su matrimonio han tenido cuatro hijos, María del Carmen, Luis, María Jesús y Diego; que a su vez le han dado cinco nietos: Curro, Blanca, Carmen, Luis y Pablo.

En la actualidad Luis Núñez goza de la paz y el entorno familiar que ha sabido granjearse, reuniéndose con sus hijos, nietos y hermanos en una pequeña finca de recreo que próxima a El Puerto de Santa María posee, siendo este su lugar de expansión así como el de toda la familia Núñez.