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Una ama de casa al frente de varias empresas del entramado

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Como administradora única de la sociedad investigada y que además aparece en otra de las empresas del supuesto entramado como máximo responsable, está la esposa de Pedro G. P. Esta mujer declaró ayer que no tiene oficio alguno, más allá de haber sido ama de casa y cuidar a sus tres hijos. Aseguró que nunca firmó contrato alguno y que solo rezaba en los papeles por una cuestión de incompatibilidad de su marido.

Colocar a parientes, amigos y allegados al frente de sociedades o como propietarios de bienes es la fórmula típica para eludir responsabilidades con el fisco o de blanquear capitales de origen ilícito. En este caso, la razón esgrimida fue otra. Pedro G. P. es policía nacional, en segunda actividad, y para evitar un conflicto de incompatibilidad por ser funcionario, puso a su esposa como administradora de las sociedades; si bien su marido confirmó que ella no había participado en ninguna contratación.

El último en declarar fue uno de los tres hijos de la pareja. No aparece en ninguna sociedad como administrador o socio y él asegura que «jamás» ha trabajado para su padre en el mantenimiento y obras en centros educativos. Pero su implicación no viene por haber participado directamente en las contrataciones con el ente público.

Siguiendo la pista al dinero público, los inspectores analizaron las cuentas de la sociedad y comprobaron que como pagos a proveedores constaban una serie de retiradas de dinero en efectivo que en realidad habían sido realizadas por los hijos del matrimonio. El joven declaró ayer que su padre siempre paga en metálico a sus empleados y que en algunas ocasiones, cuando él no podía entregar el dinero, le pedía el favor a sus hijos para que fueran ellos los que se encargaran de ese trámite.