Editorial

Bildu gobierna en Guipúzcoa

Martín Garitano evita pedir a ETA su disolución en un discurso descorazonador

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La dudosa estrategia del PNV, opuesta a pactar con el PSE en las alcaldías de San Sebastián, Andoain y Lasarte, hizo posible ayer que Bildu se hiciera también con la presidencia de la Diputación Foral de Guipúzcoa. Martín Garitano, exsubdirector de 'Gara', recibió los 22 votos de su coalición y el único de Aralar. El PNV, con 14 representantes, respaldó a su candidato, Markel Olano, diputado general saliente, mientras los 10 junteros del PSE y los cuatro de PP votaron a sus respectivos candidatos. La coalición Bildu, formada por EA, el grupo 'lternatiba escindido de EB y adheridos independientes, consigue así la mayor cuota de poder que nunca había alcanzado la izquierda abertzale. La Diputación foral de Guipúzcoa es una institución que maneja unos ingresos anuales de 4.287 millones de euros y tiene amplias competencias en materia fiscal, carreteras y servicios sociales. Garitano mantuvo un discurso arcaico que casa muy mal con la modernidad vasca. Avanzó que paralizará la fusión de las cajas vascas así como el puerto exterior de Pasajes. Anunció más hincapié en los deportes rurales y en las selecciones nacionales vascas. Pero lo más descorazonador fue el discurso político, pues evitó pedir a la banda su disolución y propuso que el Gobierno iniciara «el diálogo» con la banda para «superar las desconfianzas» y lograr «una solución política». También expresó la necesidad de «hacer frente al sufrimiento de todas las víctimas», a las que equiparó con los presos etarras. La llegada de Bildu a las instituciones democráticas sucede mientras ETA sigue viva, lo que, además de cuestionar el acierto judicial, deja al Gobierno en una situación de gran incertidumbre, a la espera de los próximos pasos que dé la coalición. El ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, mostró ayer su confianza en que el nombramiento de Martín Garitano suponga entrar «en una fase distinta y quizás definitiva para el fin de la violencia», a la vez que advirtió a Bildu de que cualquier reviviscencia del terrorismo conllevará su inmediata ilegalización.