Agustín y Manuel, apostados frente a la fábrica. :: J. C. CORCHADO
Jerez

Lo Social 3 acoge hoy el juicio por los trabajadores despedidos en la azucarera

Los demandantes llevan un mes acampados en la planta de El Portal, porque creen que sus derechos se han visto «pisoteados»

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Ha pasado ya un mes desde que Agustín Manzano y Manuel Láinez decidieran acampar en las puertas de la azucarera de El Portal. Desde entonces, ni los rigores del clima ni los problemas de salud o las vicisitudes judiciales han hecho mella en el ánimo de los dos trabajadores, que no piden otra cosa que se reconozcan unos derechos que consideran usurpados. Allí han seguido hasta el día de hoy, fecha en que por fin se celebrará el juicio en el Juzgado de lo Social número 3, donde se sentarán en el banquillo los responsables de la fábrica acusados de acometer unos despidos presuntamente irregulares.

Como confirmó a este medio el letrado de los demandantes, Hugo Gómez, ciertos problemas familiares han impedido que ambos pasen la noche en el campamento que han levantado en la planta, pero durante el resto del día permanecen allí apostados para dejar patente su descontento. Según recordó el abogado, la empresa ofreció a los dos una indemnización con bonificación incluida pero ellos la rechazaron, porque «consideran que su dignidad se ha visto pisoteada».

Lo que persiguen ahora es que el juez declare nulos los despidos y subsidiariamente improcedentes, con opción de que puedan volver a sus puestos de trabajo o bien percibir la liquidación que les corresponda. Todo el conflicto surgió cuando la dirección rescindió varios contratos a raíz de unas pintadas que aparecieron en la azucarera en contra de la empresa. Los perjudicados llevaron el caso a juicio y lo ganaron, por lo que creen que la fábrica ahora «ha tomado represalias» descabezando al comité de empresa con cuatro despidos.

Libertad sindical

Mientras que sus otros dos compañeros negociaron finalmente, ellos han decidido continuar con el procedimiento ante la presunta vulneración de algunos de sus derechos como trabajadores, incluyendo lo relativo a la libertad sindical. Ya antes de las mencionadas pintadas habían surgido otros problemas, pues Manzano y Láinez habían emprendido una batalla judicial con la empresa porque no les habían llamado para realizar trabajos temporales de mantenimiento y limpieza tras la campaña, como así recogía el convenio colectivo.

El caso es que la Justicia también les dio la razón entonces, sentenciando que la compañía debería haber contado primero con personal fijo discontinuo para esas labores para las que recurrió sin embargo a otras empresas intermediarias. Toda una sucesión de conflictos que han acabado salpicando a los dos trabajadores, que se ven en la calle después de haber dedicado 30 años de su vida a prestar sus servicios en esta planta. Por ello, no quieren indemnización alguna ni alcanzar acuerdos con la empresa; lo que piden prioritariamente es la reincorporación y el reconocimiento de que se cometido una injusticia con ellos.

La acampada que mantienen desde hace un mes ha ido acompañada de una huelga de hambre que se vieron obligados a abandonar, debido a las consecuencias que ello empezó a acarrear. No obstante, piensan seguir en la lucha y si el juicio no da los resultados que esperan tomarán cualquier tipo de acción que consideren oportuna encaminada a restablecer el grave daño que, según ellos, se les ha ocasionado.