ESPAÑA

Los 'indignados' debaten si continúan con las acampadas

El movimiento 15M comienza a extenderse poco a poco, con pequeñas asambleas, por los barrios de las grandes urbes

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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Seguir o no seguir, esta es la cuestión. Son conscientes de que han hecho historia, pero las fuerzas también escasean. El movimiento 15M, que surgió de forma espontánea como plataforma para denunciar un sistema que consideran injusto y poco democrático, se debate entre continuar adelante, hasta que el cuerpo aguante, o empezar a levantar los campamentos.

La 'spanish revolution', seguida de cerca por todo el mundo a través de Internet y que hasta se coló en las comparecencias de prensa de los líderes del G-8 reunidos en Francia, se encuentra estancada, especialmente en el caso de la acampada de la Puerta del Sol, en Madrid, la más numerosa de España y que ha servido de punta de lanza del colectivo.

La asamblea de Madrid debatirá hoy su futuro. Se cumplen dos semanas desde que miles de jóvenes, siguiendo el ejemplo de las revueltas del norte de África, se lanzaron a la calle a mostrar su «preocupación e indignación por el panorama político, económico y social y por la corrupción de los políticos, empresarios y banqueros y por la indefensión del ciudadano», según el manifiesto de 'Democracia real ya'.

Como ha venido pasando hasta ahora, la asamblea general será la que hoy tome la decisión de seguir o no. Democracia asamblearia, en la que caben todas las opiniones. «Nos piden que nos quedemos porque somos los gestores de una sinergia popular, algo muy bonito», dijo uno de los portavoces del colectivo en Sol. Pero puede pasar de todo. Un día antes de la crucial votación, la red echaba humo y había posicionamientos para todos los gustos. «Creo que el momento de las acampadas ha pasado, la acampada es un blanco fácil, y la demostración de capacidad de convocatoria ya esta hecha. Las acampadas corren el riesgo de normalizarse y languidecer ante la indiferencia de la gente», afirmaba uno de los seguidores del colectivo. Otros son partidarios de quedarse.

«Voto por la descentralización, no solo por el desmontaje del campamento de la Puerta del Sol, sino por la descentralización de las reivindicaciones para que sean más efectivas. Los objetivos hay que lograrlos uno por uno», concluía un cuarto. Esta es la dirección que ha adquirido el movimiento esta semana.

La aplastante victoria del PP en las elecciones municipales locales y autonómicas les dejó algo desorientados, lo que les hizo cambiar de estrategia. Una táctica que ha sentido la presión de las autoridades. En Madrid, el Gobierno regional ya ha pedido al Ministerio del Interior que desmantele la plaza. Y en Barcelona, los Mossos d'Esquadra desalojaron el jueves la plaza de Cataluña durante cinco horas y la intervención se saldó con 121 heridos.

Con la presión del desalojo en el cogote, ahora el reto es dar continuidad al movimiento 15-M a través de su expansión por los barrios. Madrid fue un ejemplo en este sentido ayer, pero en Barcelona y otras ciudades el proceso también fue similar: extender la protesta a distritos y pequeños municipios.