Editorial

Reto europeo en el FMI

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La dimisión de Dominique Strauss-Kahn al frente del FMI ha supuesto el pistoletazo de salida para la carrera por su sucesión. Tanto el bloque europeo como el de los grandes países emergentes han acometido ya el pulso por situar a uno de los suyos al frente de la institución económica con mayor alcance global. La UE ha cerrado filas para que el próximo director del FMI siga siendo europeo. Como candidata mejor situada por el campo de la UE aparece la ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, de 55 años, con una brillante gestión frente a la crisis en el país galo. Sin embargo, su candidatura su presunta implicación en un escándalo financiero todavía sin resolver es visto por los analistas como un temible 'esqueleto en el armario'. Además el bloque de los países emergentes se ha pronunciado abiertamente por un director gerente no europeo y China comienza a mover sus peones para impulsar un candidato propio. Con Europa todavía convaleciente de una crisis económica que ha hecho estragos en su cohesión, una derrota en este pulso en el seno de la institución económica con mayor alcance global tendría un efecto desastroso no solo para su prestigio sino que conllevaría una repercusión nefasta para sus intereses en el mundo.