Jerez

Contra la apatía del votante

San Fernando vive una batalla en la que los partidos han perdido la credibilidad ante los ciudadanos

SAN FERNANDO. Actualizado: Guardar
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Cuatro años convulsos. En ese tiempo San Fernando no ha dejado de ser noticia y de atraer la atención de medios regionales y nacionales. El tranvía, el desfalco, el Bicentenario, han saltado a las páginas, televisores y radios de forma continua y en torno a todo ello la polémica. Una legislatura que comenzó con disputas y que acabará de la misma manera con cruces de acusaciones y críticas entre formaciones. En medio de todo ello el ciudadano, que por día que pasa cree menos en sus dirigentes, instalándose en el municipio una apatía generalizada con todo lo que tiene que ver con la política.

«Gane quien gane tengo la sensación de que vamos a perder nosotros, los ciudadanos. Nos han dado gato por liebre en multitud de ocasiones y la alternativa es un partido cuyas políticas en Andalucía y España son nefastas. A veces pienso que da igual que vaya a votar». Es lo que siente Gabriel Asenjo un isleño que se fue a fuera a buscar trabajo y que ha vuelto con ahorros para abrir un comercio.

Esta desilusión comenzó a fraguarse hace cuatro años cuando el Partido Popular (PP) y el Partido Andalucista (PA) realizaban un pacto contra natura para evitar que los socialistas accedieran al poder. No solo chocó el acuerdo porque se traten de formaciones con ideales enfrentados, sino porque además la confrontación se encontraban en sus programas. El principal tema era el tranvía, pues el PP apostaba por una consulta popular (incluso recogió 10.000 firmas) a la que se negaron los andalucistas y que jamás se llevó a cabo. «Si te soy sincero pienso votar al PP, pero realmente no estoy contento con su forma de gobernar. Ha dejado mucho que desear en los ciudadanos pero la otra opción es el PSOE y mira cómo está España», expone Marcelino Fernández, empresario de la construcción.

El tranvía ya estaba en boca de todos antes de que comenzaran las obras y es que se trata de la actuación más importante para San Fernando en la última década. Las promesas de plazos, tramos y ayudas se incumplieron, el descontento cuando las máquinas entraron en la calle Real se hizo patente. Más de medio centenar de negocios han echado el cierre, hubo una falta de previsión en cuanto a los planes de circulación y tampoco han llegado las obras comprometidas como los nuevos accesos. A pesar de todo y cuando la mentalidad de los isleños han girado en 180 grados y ahora ven la peatonalización con buenos ojos, llega un auto judicial que suspenden los trabajos. «Esto es una chapuza no se ha hecho bien y por supuesto la culpa la tiene la Junta, pero el Ayuntamiento debería de haber revisado el proceso y haber exigido todo lo que se prometió y no conformarse» , asegura Mayte Fernández una pensionista que hace su vida desde el Ayuntamiento a el Carmen.

Pero, la calle Real no ha sido la única transformación que ha sufrido la ciudad que aprovechando el impulso del Bicentenario ha rehabilitado diferentes edificios y construidos equipamientos. Entre sus logros están que los isleños vuelvan a sentirse identificado con esta efemérides y conozcan todo lo que ocurrió hace 200 años. Sin embargo, los ciudadanos critican de que las preocupaciones y esfuerzos se hayan dirigido más a dar una buena imagen al exterior que en realmente impulsar el desarrollo de la ciudad. «Lo que han hecho los políticos es un lavado de cara y no se han preocupado realmente de los problemas de San Fernando y entre ellos atraer al turismo», argumenta Ana Estalella, estudiante. Lo cierto es que no se han aumentado las plazas hoteleras y los vecinos reclaman más protagonismo en las fiestas. Aún faltan por ponerse en uso los grandes equipamientos e incluso obras como la reforma del puente Zuazo, que depende de la finalización de la actuación del tranvía. «Sí que tenemos disfraces y edificios que han quedado muy bonito, pero ahora hay que sacar rentabilidad», afirma Pedro García, estudiante de Derecho.

7,8 millones menos

Mención aparte tiene la conmoción que sintió La Isla cuando el 1 de abril de 2009 el Ayuntamiento confirmó que había denunciado a dos de sus funcionarios ante la supuesta sustracción de 7,8 millones de euros. Un año después los populares salían del pacto al exigir responsabilidades políticas que desde el primer momento manifestaron el PSOE y los ciudadanos. Se creó hasta una plataforma y el 10 de diciembre casi 3.000 personas salieron a la calle. Los informes policiales, de la Cámara de Cuenta y del perito judicial sacaban a la luz el descontrol existente en la delegación de Economía y Hacienda. Los ciudadanos consideran que no se realizó una gestión eficiente de lo ocurrido y también culpan a los partidos que están ahora en la oposición, al PP por no haber depurado responsabilidades antes y a los socialistas por solo tener un discurso crítico. «Da igual a quien se ponga porque todos se van a llevar el dinero. En un lado u otro se escuchan casos de corrupción de partidos. Creo que nunca sabremos la verdad de lo que ha ocurrido», advierte María del Carmen Dela, que actualmente está en el paro.

Precisamente la materia económica es el tema que más preocupa a los isleños. Se considera que se ha derrochado dinero y que no se ha gestionado de la forma adecuada. «Aquí tardan hasta cuatro meses en darte una licencia de apertura y en otros sitios de la provincia semanas. Además te hacen pagar una fianza por los posibles destrozos a la calle y existen comercios que aún esperan que les devuelvan el dinero, ¿dónde está?», Joaquín Romero que tiene una carnicería. Además echa en cara a los políticos de que solo aparecen en la época electoral y que luego se olvidan de todas sus promesas.

El estar en los últimos puestos de los indicadores económicos, la falta de suelo y de desarrollo industrial, el enfrentamiento con Defensa por los polvorines de Fadricas, son otros de los temas que preocupa. También se espera una reforma del plan del Casco Histórico para atraer alas grandes franquicias y la aprobación del Plan General de Ordenación Urbana para el desarrollo del municipio.

En cuanto las elecciones los votantes parece que tienen claro que es muy complicado que un partido consiga la mayoría absoluta y que de nuevo tendrán que realizarse pactos para conseguir la Alcaldía. Pero, no tienen buena imagen del último realizado y por ello cada día que pasa la apatía se incrementa en un municipio que en 2007 superó el 40% de abstención. «Los pactos tan solo benefician a los que los realizan y no a los ciudadanos y así se ha podido ver porque el pueblo no ha salido beneficiado en ningún sentido», es el parecer de Jesús Batista, ingeniero.

Por ello, para muchos el resultado electoral es impredecible y en la calle ni siquiera se atreven a pronosticar una caída contundente de los andalucistas en número de votos (cada año han ido perdiendo más) a pesar de temas tan espinosos como el desfalco. También habrá que mirar de reojo a si alguna de las formaciones con menos peso logra sacar algo porque La Isla es un río revuelto en el que las ganancias de los pescadores dependerá de su capacidad para atraer al electorado.

¿Habrá pacto?

Una de las fórmulas para ello es precisamente la de depurar responsabilidades por lo acaecido en la caja municipal y por ello no hay ningún partido que no lleve en su programa la revisión de las cuentas municipales así como el llevar a cabo una auditoría que aclare el estado de las cuentas. Aunque se ha producido un fenómeno un tanto peculiar y que afecta de lleno a los andalucistas, que conforman el actual Gobierno municipal, ya que la práctica totalidad de los partidos que concurren (a excepción del Partido Popular por el momento) han firmado un manifiesto en el que se niegan a realizar ningún pacto con el Partido Andalucista. Tras más de una década en el Gobierno local el resto de agrupaciones consideran que la única forma de conseguir recuperar la credibilidad es echando a los andalucistas del Ayuntamiento. Claro que San Fernando ya está escarmentado de pactos y precisamente por ello, los ciudadanos ya no se creen nada pues cosas más raras se han visto. Las urnas dictarán sentencia.