El lugar de los peces fantasmas

Un millón de litros cúbicos de agua contiene el interior del acuario central del parque de la Historia y el Mar, pero en tanto espacio no se ve ningún rastro de vida, ningún pez, y resulta que lo peor de todo es que se desconoce cuándo albergará vida. Los partidos de la oposición tumbaron la propuesta del Gobierno local para licitar el uso y gestión de un edificio que ha costado más de nueve millones de euros, aunque aún precisa de otro millón y medio para poder abrir sus puertas. A pesar del alto coste varias empresas habían mostrado su disposición a presentarse al concurso, que se queda sin fecha de convocatoria.

Lo cierto es que el lugar sorprende y desde fuera no se aprecia la calidad de su interior, calificado por algunos de los empresarios acuáticos más asentados en el sector como óptimo para lograr su rentabilidad, si bine atendiendo a los números facilitados por el Ayuntamiento parece poco probable, ya que se requieren más de 180.000 visitantes anuales para sacarlo adelante.

Claro que los andalucistas defienden que tales cifras pueden variar ya que las empresas pueden reducir los costes. La gran discusión estuvo en la cláusula que hablaba del reequilibrio financiero, situación que se produciría en el caso de que las pérdidas fueran causadas por decisiones municipales, ya que la intención es que una empresa externa se haga cargo del equipamiento sin que pierda su uso público cultural. Para que se entienda sólo habría que pagar a la empresa en el caso de que por ejemplo las pérdidas provengan de la fijación de un precio municipal, o la limitación de publicidad o la entrada gratuita de ciertos grupos por decisión del Ayuntamiento. Para controlar esto se crearía un equipo de valoración que estudiaría tales cuestiones.

Sin embargo, populares y socialistas consideran que lo que se va a conseguir tan solo es hipotecar al Consistorio ya que se desconfía de la rentabilidad del lugar, debido a la falta de visitantes en el municipio o su mala ubicación.

Ya no se puede hacer nada y será la próxima Corporación la que decida lo que va a ocurrir con el edificio. Mientras tanto, sus puertas permanecerán cerradas y su coste se seguirá elevando ya que al deterioro por la falta de uso y mantenimiento hay que sumar el gasto de tener a un vigilante permanentemente en el lugar para evitar que se produzcan actos vandálicos o hurtos. Casi veinte peceras en su interior sin peces.