Editorial

Arde el Corán

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Un agitador mediático que se aprovecha de la libertad de prensa y religiosa en EE UU, Terry Jones, autodescrito como pastor de una iglesia evangélica en Gainesville (Florida), se dedica a quemar el libro sagrado de los musulmanes, el Corán.En Afganistán van ya 24 muertos en incidentes relacionados con su extraña afición. Jones conoció ya una inmerecida nombradía en septiembre pasado, cuando anunció que quemaría cientos de coranes para recordar el noveno aniversario de los atentados del 11-S. Hubo que suplicarle al más alto nivel, secretario de Defensa y general en jefe en Afganistán incluido, para que desistiera porque habría represalias sangrientas. Lo hizo entonces, pero solo suspendió la quema. Hace dos semanas presidió un 'juicio' que 'condenó' al Corán a la hoguera tras una deliberación presidida por él. Una pira recibió y quemó el libro tras rociarlo con queroseno. Obama condenó el sábado lo sucedido, como, lógicamente, la muerte de inocentes en Afganistán a manos de otros extremistas de distinto signo. Pero los muertos vivirían de no ser por este fantoche que se aprovecha de una libertad que no merece.