El italiano ha decidido abandonar el ciclismo profesional. :: AFP
Deportes/Mas-Deportes

«Vomito con este deporte»

Riccardo Riccò, hospitalizado por un desmayo debido a una autotransfusión, deja el ciclismo y niega haberse dopado

ROMA. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El italiano Riccardo Riccò, hospitalizado de urgencia el pasado 6 de febrero por un desmayo a causa de una autotransfusión, según desvelaron sus médicos, no reconoce haberse dopado y ha anunciado que abandona el ciclismo de forma definitiva. «El mundo del ciclismo me hace vomitar», sentenció ayer el subcampeón del Giro de 2008.

«No es un caso de dopaje. No di positivo, pero ya me han juzgado», apuntó Riccò, de 27 años, en declaraciones a 'La Gazzetta dello Sport'. «La sentencia la han pronunciado ustedes», señaló el corredor, refiriéndose a la prensa.

Ingresado urgentemente el pasado mes por problemas renales que pusieron su vida en peligro, Riccò reconoció a un médico haberse inyectado su propia sangre, que conservaba en un frigorífico desde hacía 25 días, según afirmaron fuentes médicas. «Son invenciones», aseguró a ese respecto el ciclista al diario deportivo italiano.

«Dicen que hablé, pero yo no me acuerdo de nada», añadió. También explicó que no tenía recuerdos del día de su hospitalización, y que solo se acordaba de lo ocurrido a partir del día de después.

«¿Me salvaron la vida? En realidad, no. No entendieron nada allí (en Pavullo), pero por fortuna me trasladaron al hospital de Baggiovara», afirmó. Desde entonces, Riccò está mejorando. «Ya no tengo problemas de salud», dijo, revelando que también ha vuelto a montar en bicicleta. «Pero ya no quiero correr. Por nada en el mundo. He pasado página. El mundo del ciclismo me hace vomitar».

«Todos los que están ahí me dan asco», añadió el italiano, que fue objeto de duras críticas por la autotransfusión que ahora niega.

Riccò, que fue suspendido durante 20 meses por dopaje en 2008, podría ser sancionado de por vida y corre el riesgo de cumplir una pena de cárcel de entre tres meses y tres años. Su equipo, el Vacansoleil, le despidió tras lo sucedido: «Lo importante es tener la conciencia tranquila. No echo de menos el ciclismo . Ahora seré camarero. Siempre me gustó. Prefiero ser un trabajador que gane 1.000 euros (que corredor profesional), pues ese trabajo tiene menos problemas que el ciclismo «. «Gané etapas del Tour y del Giro, porque las gané de verdad, pero en la vida hay más que la bicicleta», subrayó.