Jerez

Absuelven al marido de Martínez de coaccionar a una funcionaria de La Barca

El juez considera que no existen pruebas ni testigo alguno que avale la versión de la denunciante

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Salvador Pineda, el marido de la delegada de Medio Rural, María del Carmen Martínez, ha sido absuelto de la falta de coacciones de la que se le juzgó la semana pasada a raíz de una denuncia interpuesta por una trabajadora del Ayuntamiento de La Barca, Purificación Álvarez. La propia denunciante confirmó ayer el resultado de la sentencia, que va en la tónica de lo que solicitaba el Ministerio Fiscal y que se le ha antojado previsible a tenor de la falta de pruebas aportadas por la acusación particular.

«No había testigos, porque todo ocurrió durante la Cabalgata de Reyes, así que nadie vio lo sucedido. Por tanto, era su palabra contra la mía así que no es que no haya ocurrido, sino que no se puede demostrar». Pineda, sin embargo, ya negó en su momento las acusaciones que se vertían sobre él y siempre mantuvo que no llegó a discutir con Álvarez, y mucho menos que la zarandeó.

Ayer, la denunciante insistió en su versión inicial si bien confesó que de momento dejará aparcado el tema, pues cuestiones más urgentes como la falta de pago de las nóminas municipales de la pedanía requieren toda su atención. «Seguimos sin cobrar y la situación es desesperante. A mí, concretamente, me deben alrededor de 4.000 euros entre nómina, paga extra y atrasos, así que no voy a hacer nada más con respecto a la denuncia porque esto es mucho más importante».

Unas irregularidades en el pago que se convirtieron en el germen del conflicto con Pineda, originado cuando una representación de la plantilla municipal acudió a la puerta de su domicilio a protestar por el retraso de las nóminas. Según Álvarez, el marido de la delegada salió entonces de la vivienda y de forma velada les «amenazó», tras lo que la concentración se disolvió.

Más adelante y siempre según su testimonio, se cruzó con Pineda en plena calle y entablaron una encarnizada discusión en la que él le «zarandeó y agarró del brazo con insistencia», llamándole «mentirosa». El denunciado, por su parte, mantiene que solo le pidió que se calmara y que ni siquiera le rozó, porque estaban a dos metros de distancia.

El caso es que el juez, tras la vista celebrada la pasada semana, ha terminado por avalar esta última versión, puesto que nadie ha declarado lo contrario y ha habido una ausencia total de testigos que certifiquen el relato de la trabajadora.