Trabajadores de la planta de Nissan en Barcelona. :: INÉS BAUCELLS
Economia

Nissan apuesta por España a cambio de contención salarial

Barcelona fabricará una nueva furgoneta tras aceptar la plantilla un convenio colectivo marcado por la mejora de la productividad

BARCELONA/MADRID. Actualizado: Guardar
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Un pequeño oasis en el desierto de la crisis. Las plantas barcelonesas de Nissan, que dan empleo directo a más de 3.000 personas e indirecto a otras 9.000, se han asegurado su futuro al menos hasta el año 2024. La dirección mundial de la firma japonesa, que pertenece al grupo Renault, anunció ayer que las fábricas de la Zona Franca y Montcada i Reixac han sido las elegidas para producir unas 60.000 unidades anuales de una furgoneta nueva de la marca.

Aunque la noticia fue acogida con satisfacción generalizada, la decisión no se ha tomado sin las correspondientes contrapartidas. Con la espada de Damocles de la deslocalización y el cierre sobrevolando la Zona Franca, los trabajadores de Nissan han tenido que apretarse el cinturón en un nuevo convencio para que la firma nipona siga apostando por Barcelona.

Según el nuevo pacto suscrito por los trabajadores, los sueldos subirán un 2% entre 2012 y 2014, lo que en la práctica supone una congelación salarial, que además irá acompañada de una mejora de la productividad del 6% y un incremento de la flexibilidad para hacer frente a las demandas del mercado.

Es decir, los operarios trabajarán 40 horas más al año, con más sábados obligatorios al año en función de la producción y siempre retribuidos. Se da la circunstancia de que hace un año y medio esos mismos trabajadores tuvieron que aceptar un expediente de regulación que redujo la plantilla en 1.500 personas. El ajuste, que ha sido decisivo y que algunos interpretan como un chantaje, fue aprobado la semana pasada por la mayoría de los trabajadores en un referéndum. Esencial fue la labor del Ministerio de Industria, que hizo de 'facilitador' o mediador ante la multinacional; primero ante la dirección en Europa y, una vez suscrito el acuerdo por los operarios, ante la central. Aquí jugaron un papel esencial tanto la secretaria general de Industria, Teresa Santero, como el secretario general, Jesús Candil.

No conviene olvidar que Nissan comunicó al comité de empresa a finales del pasado diciembre que descartaba Barcelona, aunque no señalaba la planta elegida. Fue en ese momento cuando saltaron las alarmas y sindicatos y Gobierno se pusieron a trabajar en busca de una oferta que la multinacional no pudiera rechazar. Barcelona se ha impuesto finalmente a competidores entre los que destacan Marruecos, Sudáfrica o Inglaterra.

UGT y USO-Cataluña hicieron campaña a favor del sí al nuevo convenio, mientras que CC OO se opuso desde el principio con el argumento de que la decisión puede sentar un grave precedente en el sector industrial. «Este chantaje condiciona seriamente el futuro de las condiciones laborales de los trabajadores de este país», señalaron fuentes de Comisiones Obreras. Desde UGT, su responsable nacional de automoción, Rogelio Mena, defendió un pacto en el que «todos han hecho grandes esfuerzos» y que servirá para «garantizar el futuro».

La nueva furgoneta -tipo 'pick up'-, que empezará a fabricarse a partir de 2014 y requerirá una inversión de unos 80 millones de euros para que las fábricas puedan adaptar sus cadenas de montaje. Para ese desembolso, Nissan podrá recurrir a los fondos del Plan de Competitividad del sector de la automoción que maneja el Ejecutivo.

Una vez consolidados los ajustes, los sindicatos creen que Barcelona estará en mejores condiciones para optar a otras adjudicaciones de productos, como la versión eléctrica de la furgoneta NV200. Esa es una de las claves que ha terminado de convencer a los trabajadores para aprobar una propuesta dura pero que confían en que sea muy rentable en el medio y largo plazo. Según datos de los propios sindicatos, fabricar hoy un coche en las plantas catalanas es un 30% más barato que hace dos años, lo que las convierte en muy competitivas.