Las flores o la música se llevan gran parte del presupuesto. :: N. REINA
CÁDIZ

Con la crisis en la cruz de guía

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Para expresar la devoción de cada uno es suficiente con rezar a las plantas de la imagen venerada. Pero para ver una procesión en la calle hace falta algo más. O mejor dicho, mucho más en unos tiempos en los que las dificultades económicas se dejan sentir en todas las facetas de la vida. Y las cofradías no van a ser una excepción. Para ellas, la devoción está reñida con los ingresos económicos, sobre todo en lo que se refiere a los montantes necesarios para efectuar las salidas procesionales.

Entre 15.000 y 18.000 euros del presupuesto de las cofradías se lo llevan sus salidas en Semana Santa o Glorias. Cera, flores o acompañamiento musical son algunos de los gastos difícilmente asumibles por hermandades que hacen uso de todos estos recursos y que además han visto reducidas sus donaciones drásticamente. Un descenso en los ingresos que han podido palpar en cofradías como Oración en el Huerto. Su hermano mayor, Fernando Reyna, así lo confirma: «Hemos visto cómo, en los últimos tiempos, el dinero que recogíamos del lamparillero -cepillos en los que se encienden velas eléctricas- se ha visto reducido en un 50%». Vicente Rodríguez, hermano mayor de Expiración, también ha notado este descenso «en todo lo que son ingresos más extraordinarios, como las donaciones».

A pesar de ello, en la cofradía del Viernes Santo reconocen no haber notado un descenso de hermanos que pagan sus cuotas. Algo que si se ha sentido en Las Penas: «Tenemos hermanos que llevan ya más de un año sin pagar su cuota y eso se nota», reconoce su hermano mayor, José Manuel Romo. El pregonero de la Semana Santa 2009 recoge la inquietud que se vive en el mundo cofrade: «Veo difícil el tema. Excepto en las hermandades más fuertes (por la nómina de hermanos), el resto se las van a ver complicadas con la salida de la Semana Santa próxima o las venideras». Un nerviosismo que los hermanos mayores reconocen, sobre todo en lo relativo a ingresos como la subvención municipal.

Las hermandades aún no han recibido el importe acordado con el Ayuntamiento -está previsto que llegue a mediados de enero- y ven con preocupación el mantenimiento de la ayuda para años venideros. «Si desapareciera, muchas hermandades lo notarían mucho», reconoce a este medio el hermano mayor de Jesús Caído, Pedro Pablo Reynoso. De hecho, en cofradías como Las Penas el importe «será destinado al pago de la cera del año anterior».

Así las cosas y a pesar de los ingresos por las papeletas de sitio y los palcos y sillas, no es de extrañar que algunos hermanos mayores no descarten recortes en salidas procesionales futuras. Sin precisar quién ni cómo, se estudian fórmulas para un culto «que no es imprescindible», como reconoce Rodríguez. «Lo que es verdaderamente importante son los cultos internos», como explica el hermano mayor del Viernes Santo.

Una opinión que comparte con Romo, que considera como labor fundamental su bolsa de Caridad: «Me siento muy satisfecho con ayudar a 20 familias al mes». De hecho, todas las cofradías consultadas coinciden en afirmar la importancia de la Caridad en un momento en el que «los ingresos menguan y las peticiones de ayuda suben». Ésa es la razón por la que las hermandades no se plantean menguar sus partidas a solidaridad que van más allá del 10% exigido por las normas que rigen el funcionamiento de las corporaciones.

Lo que sí se hace difícil de asumir son los proyectos de restauración o enriquecimiento del patrimonio. A fin de cuentas, «es muy complicado alcanzar un equilibrio entre todas las facetas de una cofradía», como reconoce Romo. Y una de ellas es la de salidas procesionales. De ahí que algún hermano mayor lance la reflexión: «Se pueden salir sin ciertas cosas, ¿porqué no salir sin música? Entre salir o no yo prefiero hacerlo sin acompañamiento musical».