La regidora, en el despacho de la Alcaldía, tras ser reconocida como una de las responsables municipales con mayor aceptación vecinal en España. :: FRANCIS JIMÉNEZ
CÁDIZ

«Quiero demostrar que también sé pelear en los malos tiempos»

A cinco meses de iniciar su quinta campaña municipal, aparece como el segundo alcalde más apreciado de España Teófila Martínez Alcaldesa

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Todos los tratados y docentes de Periodismo aconsejan iniciar una entrevista con una leve semblanca del personaje, una pequeña glosa biográfica que lo presente y, en segundo término, una somera descripción del entorno en el que se realizaron las preguntas. Pero toda norma tienen excepción y tratar de dar a conocer a determinados personajes es perder tiempo y palabras.

En la prensa local, esta mujer es una de las excusas para la salvedad. Alcaldesa desde el 28 de mayo de 1995, todos los sondeos dicen que seguirá cuatro años más a partir del 22 de mayo. Aunque los partidos hay que jugarlos, sería una sorpresa (incluso para sus oponentes) que tras esa fecha no continuara como regidora hasta completar 20 años, hasta 2015. Se convertiría en la segunda persona con mayor presencia en el cargo en la historia (democrática o no) de la ciudad. Sólo José León de Carranza le superaría (21) en el récord local de mantenimiento de bastón de mando. Y no se molesta en decir si asaltará los 24 años en la Alcaldía. Ni su primera nieta la ablanda. Recta por la vereda.

Teófila Martínez Sáiz (Santander, 5 de enero de 1948) es alguien de quien todos tienen ya opinión. La que sea. El grado de conocimiento que los gaditanos tienen de su imagen es altísimo. Para colmo, la encuesta anual Merco-Ciudad, que mide el grado de valoración de los alcaldes de ciudades con más de 100.000 habitantes dice que es la segunda más apreciada por sus vecinos. Sólo el de Ceuta («una máquina», según Martínez) le supera. La confirmación de que, en Cádiz, nadie necesita menos descripción introductoria.

-Las encuestas electorales le dan la mayoría absoluta, las de popularidad la sitúan como el segundo alcalde mejor valorado de España ¿Sería mejor ahorrarse la campaña electoral, con lo caras que son?

-Nada de eso. Me lo tomo como la primera vez. No hay nada hecho. En mi casa, de pequeña, me enseñaron que todo hay que ganárselo. La primera campaña la gané sin que un solo medio de comunicación me dedicara media línea, medio minuto. Y pasamos de 7 a 15 concejales. Recuerdo la campaña con María de la O Jiménez, a la que seguía una cámara de Canal Sur a cada momento. A mí, ni caso. Y gané. Nunca se sabe. No hay nada dicho, hay que trabajarlo.

-¿Y lo de la encuesta de valoración? ¿Cómo se lo toma?

-Me provoca rubor, timidez. Me felicitan por la calle, y lo agradezco, pero no llevo bien el halago, me incomoda un poco. Eso sí, soy muy sentimental, y muy realista. Y el reconocimiento provoca alegría, satisfacción, por mi famila, los amigos, por mis compañeros de partido. Sirve para los momentos de flaqueza, para acordarte cuando crees que se está poniendo todo muy difícil. Pero me ruboriza. No me gusta hacer la pelota, ni que me la hagan. Eso sí, es agradable que te respeten, incluso los adversarios.

-La próxima será su quinta campaña como candidata a la Alcaldía ¿La última?

-No hago planes a largo plazo. Va a ser la quinta ocasión en la que pida a los gaditanos su voto. Por muy joven que uno sea, ni en la salud, ni en la política, ni en la amistad se pueden hacer planes. Cádiz es algo que me apasiona. Además, creo que es mi obligación dar la cara ahora. No soy persona de tirar la toalla en los momentos difíciles. De 1995 a 2004 hubo un crecimiento casi constante. Luego siguieron un par de años de subida pero después... [hace un gesto con la mano de caída en picado]. Quiero demostrar a los gaditanos que sé pelear en los malos tiempos igual que en los buenos. Igual otra persona diría 'ya hice lo que pude, que no estuvo tan mal porque me han respaldado en cuatro ocasiones'. Pero ahora pintan bastos, hay mucho paro, no hay dinero, la gente no invierte, los ayuntamientos no tenemos recursos. Podría ser el momento de decir 'ya hice lo que pude, que ya he conseguido el puente, el soterramiento...'. Pero tengo que seguir luchando por erradicar la infravivienda en el casco histórico, que la Junta me dijo que se iba a terminar en 2004. Si los gaditanos quieren, cuatro años más. Luego, Dios dirá.

-¿Habrá muchos cambios en la lista, en su equipo? ¿Volverá Jorge Moreno a ejercer de concejal del PP?

-Los que me conocen saben que no soy de adelantar esas decisiones. No es mi prioridad. No nos podemos distraer con eso. Tenemos muchos proyectos y unos recursos muy escasos.

-¿Qué conclusión saca cuando recuerda que en las últimas elecciones municipales en Cádiz hubo casi un 50% de abstención?

-Siento tristeza. Siempre he querido que la gente tenga una opinión propia, que compare y tenga ocasión de elegir. Lo que sucede ahora es que cada cual se informa por un tipo de medio, según ese medio. Cada cual su línea, sin comparar. En las democracias más antiguas, lo habitual es que haya un 20% de votantes de izquierda, un 20% de centro-derecha, un 30% de abstencionistas y otro 30% que modifica su voto según le parece. Es el que decide. Si en esa cuenta metemos un 50% de abstención, ya no salen los números.

-Algo tendrán que ver los dirigentes políticos e institucionales...

-Asumo que todos somos responsables en parte. No sé qué está pasando. Ves la campaña catalana y parece que les ha picado un bicho y se les ha ido la cabeza. El anuncio de la chica del orgasmo es una ordinariez, una degradación de la mujer. ¿No les da vergüenza? Que Bibiana Aído criticara anuncios de detergentes por sexistas y, ahora, diga que esto es publicidad engañosa es para confundir a cualquiera. Entiendo que un joven vea todo esto y se pregunte: '¿Cómo vamos a ir a votar?'.

-¿Las mayorías absolutas deterioran el debate entre Gobierno y oposición? ¿Ha empeorado ese diálogo en el Ayuntamiento?

-No creo que sea peor. La oposición hace su tarea. Sólo que no ha sido capaz de ofrecer un modelo de ciudad alternativo para los gaditanos.

La interminable crisis

-¿Es el peor momento económico que ha vivido como alcaldesa?

-Es que, ahora, no es una ciudad la que tiene problema. Yo he tenido que luchar por arreglar problemas específicos de Cádiz. Pero, ahora, todos estamos igual de mal. A las dificultades propias, se añaden las del entorno.

-¿Es, entonces, la situación más difícil que ha afrontado?

-Evidentemente, creo que estábamos peor en 1995. No teníamos los cambios que se han producido en la ciudad. Teníamos el casco histórico hecho una porquería. La infravivienda, generalizada. Los asustaviejas campaban por sus respetos. En estos 15 años, sólo se ha admitido un expediente de ruina en este Ayuntamiento y venía de antes de 1995. Eso ha sido a base de un trabajo monumental de técnicos y concejales. Pero el centro no está como yo hubiera querido porque la Junta, con un decretazo en el 99, creó una oficina de rehabilitación que en el último año no sé para qué sirve porque no tiene obras y no tiene dinero. No sé en qué trabajan los que están allí.

-¿Y este escenario, es posible defender algún proyecto de ciudad?

-Hay mucho que hacer. La vivienda en el casco histórico no está, ni mucho menos, como me gustaría. Encaramos el Bicentenario y hay obra pública garantizada para el año que viene por valor de 120 millones de euros entre el estadio, el parador, plaza de Sevilla, el albergue juvenil, la Casa de las Artes, el pabellón Portillo, Santa Bárbara, el Pemán... No estamos como en 1995. Hay 150 calles arregladas y nuevas, plazas mejoradas, espacios mejorados, el PGOU revisado, el AVE, el puente. No es la misma situación que en 1995. Entonces no había proyectos, ni estatuto especial. No debemos a Seguridad Social, ni a Hacienda. La ciudad, estaría bueno, 15 años después, está en mejor situación para salir de la crisis con más resortes. Pero los ayuntamientos estamos asfixiados, todos. Arruinados. El Estado, como tiene problemas de recaudación, a los primeros que se lo quita es a lo ayuntamientos, a los pensionistas y a los funcionarios. Y no puedes pelear. No te lo mandan y punto. Y nosotros no podemos decir que a la limpieza, a la ayuda a domicilio o a lo que sea le quitamos el 20%. En el 95, nosotros estábamos peor que El Puerto, Puerto Real, Algeciras, Sevilla, Huelva... Peor que todo nuestro entorno. Ahora estamos un poco mejor que ese entorno, porque no hemos vivido del urbanismo, pero cuando salgamos de la crisis tendremos menos posibilidades que los demás. Tenemos que aprovechar para consolidarnos como ciudad importante.

-También hay muchos proyectos retrasados, anquilosados, que parecen no salir nunca. ¿Cuándo veremos en uso Tiempo Libre?

-Es una joya. La tienen que hacer ya. Nadie entendería que un edificio, en ese lugar, se vaya deteriorando. No puede estar sin que se tire ni se haga nuevo. Que no vaya a estar para el Doce no puede servir de excusa para que se eternice. Desde luego, yo voy a estar reclamándolo todos los días.

-¿Y el Museo del Carnaval?

-Cuando los demás patronos y los autores presentaron el proyecto, allá en 2007, parecía que la única duda era si participaría el Ayuntamiento. Ahora, es el Ayuntamiento el único que tira para adelante.

-¿Y Puerto América?

-Se ha podido comprobar que sólo fue necesario el cambio de consejero de Obras Públicas para que los técnicos se pudieran reunir y llegáramos a un acuerdo. Estamos a la espera de nuevos contactos. Si se retrasan, volveríamos a la situación de hace muchos años. Aunque no depende del Ayuntamiento, somos los más interesados en salvar ese espacio de la marginalidad.

-¿Cuándo el nuevo hospital?

-En principio estaba previsto para el Doce, pero no puede quedarse parado porque llegue 2013. Aquello que, por justificación económica no esté para 2012, no se puede parar. Lo voy a pelear con uñas y dientes. Tenemos un modelo de ciudad y creo que ese hospital es muy necesario para la ciudad y para la provincia. Esta provincia tiene 100.000 habitantes más que toda Extremadura. Son servicios que hay que dar a esas personas. Ya que el Ayuntamiento ha hecho el hueco, en los terrenos de CASA, no vaya a ser que alguien tenga la feliz idea de que el hospital salga de la ciudad. Que la Junta, cada año, tiene una ocurrencia y los demás tenemos que cambiar el paso. No tendría justificación que a alguien se le pase eso por la cabeza.

-¿Algún día la Plaza de Sevilla?

-Ni siquiera es una plaza, es un nudo carretero. Es una operación muy complicada. Con los retrasos de la aprobación de la segunda modificación del PGOU por parte de la Junta se echó encima la crisis. Lo que en 2006, Renfe hubiera vendido como locales comerciales, ahora resulta más difícil. El Ayuntamiento está dando los últimos retoques al aparcamiento subterráneo. En caso de que, a mediados de 2011, el conjunto de la plaza de Sevilla esté demasiado retrasado haremos un esfuerzo para que el frente de la Aduana y de la Estación tenga la configuración futura. El monumento del Bicentenario va en esa zona. Totalmente terminada no va a estar pero en esa parte, que consideramos importante, vamos a hacer lo imposible.

-¿Realmente cree posible un tranvía que circunde el casco histórico o aceptó estudiarlo para contentar a un sector que lo reclamaba?

-El proyecto de tranvía urbano que estamos estudiando es el único viable. El tren-tranvía de Chiclana a Cádiz o por el nuevo puente necesita una plataforma única, por la que no puede pasar ningún otro vehículo, de ocho metros de ancho. ¿Qué pasaría en el casco histórico si toda la ronda fuera, solamente, plataforma para el tranvía? ¿Qué hace la gente que vive, que trabaja en el casco antiguo? ¿O una ambulancia? Esa fórmula, por mucho que se empeñe cualquier plataforma, no es viable. Pero hay un término medio. Entre el tren-tranvía y la nada, hay un punto medio, el de siempre, el de Helsinki o Amsterdam... Compatible con el coche. Es nuestra propuesta. No estoy dispuesta a engañar a los gaditanos con otras que sean imposibles.

«Quiero demostrar que también sé pelear en los malos tiempos» es un contenido original de ABC.es