Opinion

Soluciones a la crisis

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Alguien dijo que a grandes males, grandes remedios. Es de suponer que a una clase política anclada en el ombliguismo y en la autocomplacencia mi propuesta no le hará mucha gracia, pero ahí vamos. El déficit que corroe nuestra economía se vería severamente recortado si se legalizaran los porros, la coca y la prostitución con sus correspondientes impuestos bajo la advocación del Estado, algo así como el tabaco, pero a lo grande. Además de las ventajas fitosanitarias, sería un desastre para delincuentes, mafias y otros colectivos que ahora engordan en nuestra sociedad, y por supuesto, una inyección económica más que considerable para las arcas de Hacienda. Si a esto pudiéramos añadir una contención de gastos en móviles y visa oro para funcionarios, viajes y cuchipandas innecesarias, caros proyectos faraónicos que luego generan más gastos, en aras de la cultura y otras ensoñaciones, y sobre todo, si se pusiera de patitas en la calle a toda esa muchedumbre de cuñados, amigos, amiguetes y colegas de partido que pululan por las múltiples administraciones que padecemos, con lustrosos sueldos, y que en la empresa privada no pasarían de 'chico del botijo', estoy convencido de que entraríamos sin problemas en el G-8 como mínimo, y por supuesto, nuestro diferencial de deuda con los grandes sería inexistente. De hecho, estoy convencido de que seríamos uno de los grandes.