El vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, al inicio, ayer, de la sesión de control al Gobierno. :: EFE
ESPAÑA

Rubalcaba acepta el intercambio de golpes dialécticos con el PP

El vicepresidente asegura que tiene «las espaldas anchas» para aguantar y responder al acoso parlamentario de los populares

MADRID. Actualizado: Guardar
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Alfredo Pérez Rubalcaba dijo ayer que no le preocupa la estrategia de acoso y derribo parlamentario a la que va a someterle el PP. El nuevo vicepresidente primero del Gobierno tiene claro su papel de puntal del Ejecutivo en la confrontación política con los populares y dio a entender que no teme el intercambio de golpes dialéctico. Aseguró que tiene «las espaldas anchas» para aguantar las críticas políticas y personales que le esperan cada miércoles durante la sesión de control al Gobierno. De hecho, en la semana exacta que lleva de portavoz gubernamental, ya se ha ocupado de acuñar un nuevo catálogo de etiquetas para identificar al PP, como partido «machista», vago y «profundamente antisocial».

Pérez Rubalcaba aprovechó la entrevista en la Ser para descalificar la estrategia de los populares, que ayer le identificaron como «un anacronismo» de los gobiernos de Felipe González, muñidor de los GAL y experto en las «cloacas del Gobierno», último representante de un Ejecutivo «hundido por la corrupción y los crímenes de Estado», mentiroso y traidor, autor del chivatazo a ETA, líder de una Policía política y protector de un comisario supuestamente implicado en la trama corrupta de la 'operación Malaya'.

«¡Qué limpien su casa!»

El vicepresidente dijo sentirse «orgulloso» de su pasado con González y aseguró que no está preocupado por la «sarta de disparates y barbaridades» de los diputados del PP, pero cree que los planes del partido opositor, de convertir el control al Gobierno en «una sesión de insultos», es «un flaco favor» al Parlamento y a los ciudadanos. Señaló que no le extrana lo ocurrido, porque «en cuanto rascas un poco al PP aparece el radicalismo y el extremismo», y volvió a aconsejar a Mariano Rajoy, en alusión a los casos de corrupción que afectan a su partido, que «limpien su casa y no manchen la de todos», en referencia a las acusaciones de persecución política a policías y fiscales. Los socialistas, según su portavoz parlamentario, José Antonio Alonso, tampoco están inquietos porque creen que Rubalcaba «no caerá en la trampa ni perderá los nervios».

Ignacio Gil-Lázaro, el parlamentario popular que dirigió las frases más duras al vicepresidente, no está de acuerdo en que tengan una estrategia premeditada para desacreditar a la mano derecha de Zapatero ni que él o sus compañeros insultaran al vicepresidente. El diputado sostuvo que todo es un «truco» del propio Rubalcaba, que ha bautizado como «insultos» lo que es solo «la verdad». Explicó que acusó al número dos del Gobierno de tapar los GAL, de manipular las elecciones de 2004 o de dirigir las cloacas del Estado porque es «la realidad», que está en las hemerotecas.

No obstante, el portavoz nacional del PP, Esteban González Pons, no ocultó que la intención de su grupo es recordarle a Rubalcaba cada miércoles que «es mortal» y la portavoz en el Congreso y protagonista de estos cara a cara, Soraya Sáenz de Santamaría, ya ha comenzado a denominar al Gobierno como el de «Zapatero y Rubalcaba».