Rajoy abre el curso

Rajoy inauguró ayer en Pontevedra el curso político con una intervención ante la militancia que permite presagiar el tono sumamente crítico hacia el Gobierno que el Partido Popular mantendrá en este tramo final de la legislatura, en el que tendrán lugar dos hitos electorales decisivos: las elecciones catalanas de noviembre y las autonómicas y municipales de mayo. Es lógico que la principal fuerza opositora acentúe la presión sobre su principal adversario y pase de puntillas sobre sus problemas internos -la situación del PP en Valencia es cada vez más grave-. Sin embargo, Rajoy tendrá que medir muy bien el alcance de su estrategia porque no se entendería que su actuación entorpeciera, y no impulsara, la salida de la crisis, que a todos nos apremia. Tras destacar la soledad de Rodríguez Zapatero, ausente hoy de Rodiezmo por la irritación sindical, el presidente del PP anunció una cincuentena de medidas para ofrecer alternativas a las iniciativas del Gobierno. Éste, el del planteamiento de nuevas ideas y propuestas, es sin duda el camino que el centro-derecha ha de recorrer para afianzar su opción no solo sobre la debilidad del Gobierno sino sobre su propia fortaleza.