Un hospital de cinco estrellas

Cerca de un centenar de mujeres se han beneficiado del Hotel de Madres que mantiene abierto el Clínico puertorrealeño en su primer año de existencia. Esta instalación, de nombre tan llamativo, cuenta con algunas connotaciones particulares, ya que permite la estancia de las mujeres que hayan dado a luz y ya cuenten con su alta hospitalaria, pero cuyos hijos tengan que permanecer ingresados en la unidad de Neonatología del centro.

En estos doce meses desde su inauguración, han sido 85 las madres que han pasado por sus instalaciones. El periodo de estancia puede variar en función de la causa del ingreso del bebé, aunque la media, a lo largo de este primer año, se ha situado en los cuatro días por persona, lo que indica que en la mayoría de los casos las dolencias de los pequeños no han revestido un carácter grave.

La edad media de las usuarias ha sido de 29 años, y en su procedencia se ha visto recogida la totalidad de municipios que forman parte del área de influencia que abarca el hospital, y en la que se incluyen a ciudades pertenecientes a las comarcas de La Bahía y La Janda.

El doble objetivo del servicio, según reflejan las autoridades sanitarias, es «favorecer la vinculación de la madre y el padre con el recién nacido y la lactancia materna», un hábito éste último sobre cuyas cualidades se ha venido mostrando como un gran defensor el centro asistencial puertorrealeño.

Como elemento añadido, además de las comodidades físicas que se brinda a la huésped, se cumple con el factor del apoyo emocional mutuo que se brindan entre ellas las mujeres alojadas, lo que se considera como «una función básica para la autoestima de las madres».

El Hotel de Madres se emplaza junto a la zona de hospitalización de Neonatología, con la intención, tal como explican los expertos, de «facilitar un acceso rápido y permanente de la madre con su bebé».

En pensión completa

A lo largo del espacio disponible se despliegan dos habitaciones, valoradas como «confortables y acogedoras». De la atención en ellas se encargan -por un lado el personal de enfermería de la unidad de Neonatología, y por otro el de Hostelería del centro-, ya que las alojadas gozan de todas las prestaciones de un régimen de «pensión completa», en la que se incluyen desayuno, almuerzo, merienda y cena.

Desde el hospital resaltan en este sentido que la decisión de la puesta en marcha, que contó con una inversión inicial de 15.000 euros, se entroncó en su momento dentro de su vocación por «ofrecer una atención más personalizada y humanizada a los pacientes».

La iniciativa se contextualiza dentro de los preceptos marcados por el Decreto del Niño Hospitalizado. Este programa, de la Consejería de la Junta de Andalucía, ha supuesto un avance considerable, ya que de unas normas estrictas, que sólo permitían el contacto madre-hijo cada tres horas y unas visitas muy restringidas, se ha pasado a una visión que permite que el acompañamiento al bebé se pueda producir durante las 24 horas del día, y no sólo en su alimentación.

La iniciativa del Hotel de Madres se acoge igualmente al programa Hospital Amigo de los Niños, lanzado de forma conjunta en 1992 por la Organización Mundial de la Salud y por Unicef. Su propósito, según explican las autoridades sanitarias, es «fomentar prácticas que protejan, promuevan y apoyen la lactancia materna exclusiva desde el momento del nacimiento».

El hospital granadino de Motril fue el pionero en la comunidad en lanzar allá por 1991 una idea a la que, tras 20 años de vigencia, se han sumado otros seis centros sanitarios públicos andaluces.