UN VERANO EXTRAÑO

Tras un mes de julio histórico y quién sabe si irrepetible para el deporte español, con la Copa del Mundo, Wimbledon y el Tour de Francia, el mes de agosto ha comenzado con un ambiente agrio y avinagrado que no le gusta a nadie. Y es que la Federación Española de Fútbol acordó con México con motivo del Bicentenario de la Independencia un partido amistoso en una fecha verdaderamente delicada y que rompe claramente el ritmo de preparación de todos los equipos, principalmente del Sevilla y el FC Barcelona, que participan en otro torneo organizado por la Federación como es la Supercopa. Los jugadores que ganaran el Campeonato del Mundo tenían por convenio asegurado un mes de vacaciones. La fecha histórica fue el 11 de julio, y hoy, cuando se cumple justo un mes, los jugadores ya están en tierras mexicanas. Todo por hacer caja y exprimir al máximo a las estrellas, que jugarán 15 minutos tras la polémica desatada. Pero es que ni esos 15 minutos que jugarán los Puyol, Piqué, Xavi, Busquets, Villa, Pedrito o Valdés aliviarán a Pep Guardiola, al que hemos visto verdaderamente contra la espada y la pared y mordiéndose la lengua en la gira del FC Barcelona por China. No lo está pasando bien estos días en los que ha tenido que enfrentarse a rivales de ninguna entidad, en los que todavía no cuenta ni con la mitad de la primera plantilla porque aún siguen de vacaciones, y en los que los viajes y actos promocionales han centrado la actualidad por encima de lo deportivo. Está siendo un verano extraño, tanto por la ausencia y retraso en fichajes, como por la intención de hacer caja, ya sea expandir la marca FC Barcelona en Asia o ganar dos millones de euros jugando ante México a 10.000 kilómetros de casa. Quizás es comprensible, quizás es lo que hay, pero veremos si a lo largo de la temporada alguno tira de este mes de agosto para justificar lo que suceda en los terrenos de juego en una temporada que se presume muy intensa.