Opinion

Expectativas contradictorias

Zapatero no puede ignorar que los expertos auguran un panorama muy gris para el otoño

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El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ofreció al término del habitual despacho de verano con el Rey un somero diagnóstico sobre las perspectivas políticas y económicas españolas de cara al otoño. El jefe del Ejecutivo, sin embargo, planteó expectativas de carácter contradictorio. Al tiempo que aseguró que ya están dadas las condiciones para poder consolidar la recuperación económica en España y afrontar la creación de empleo, advirtió de que hasta fin de año se registrarán peores datos macroeconómicos respecto al ligero crecimiento de un 0'2% del último trimestre. En plena lucha contra el déficit, que en los últimos meses obligó a imprimir un giro de ciento ochenta grados en su política de gasto y cuyos resultados están aún por evaluar, el presidente auguró paradójicamente un próximo esfuerzo para retomar las inversiones en infraestructuras tras el severo recorte de Fomento. Y cuando todos los indicadores marcan una negativa tendencia en el capítulo del paro por el final de la campaña turística, el líder socialista, experto en manejar un 'discurso placebo' hacia la opinión pública, notificó inminentes cambios en las políticas activas de empleo para crear puestos de trabajo en los próximos meses. Aunque rechazó la posibilidad de cambios en su equipo de Gobierno confirmando la intención de mantener en el cargo a la ministra de Sanidad, que se ha postulado para disputar la candidatura a la presidencia de Madrid, también dejó abierta la puerta a promover una crisis matizando que hablaba del «corto plazo». Y en un ejercicio de sorprendente autosugestión el presidente acabó por apuntarse al éxito democrático que suponen las primarias de Madrid después de haberse implicado hasta el límite para alejar de la carrera al candidato oficial. Zapatero no puede ignorar que la mayoría de los analistas auguran un otoño marcado por el estancamiento del crédito, el agotamiento de las ayudas al sector del automóvil, los nulos efectos positivos de la ley de Economía Sostenible y el exiguo efecto en el mercado de la reforma laboral. Y que ese panorama gris casi negro requerirá algo más que buenas palabras y quizás un nuevo equipo con ideas y energía renovada para hacer frente a la fase más aguda de la crisis económica.