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Bienvenida Sra. Obama

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La pasada semana, Michelle Obama se convirtió en la protagonista estelar de las noticias veraniegas en nuestro país, logrando desbancar, incluso, a la princesa del pueblo en la ocupación de los minutos televisivos. A través de la prensa hemos podido seguir a la Primera Dama americana por las calles de Marbella, los jardines del Generalife, las cuevas del Sacromonte y hasta, para asombro de los antitaurinos, por la arena de la plaza de toros de Ronda. Mientras que, en Estados Unidos, se criticaba el desembolso que las vacaciones españolas de la esposa del presidente ha supuesto para el contribuyente americano, en España, la visita se presentaba como una oportunidad única para vender nuestras excelencias al mundo mundial. Ante las muestras de bienvenida y la expectación desatada, imposible no recordar la genial película de Luis García Berlanga, 'Bienvenido Mister Marshall'. Una parte, nada despreciable, del territorio nacional parecía haberse convertido, durante un breve periodo de tiempo, en el escenario de Villar del Río con todos sus vecinos cantando aquello de: «Americanos, vienen a España gordos y sanos. Viva el tronío de ese gran pueblo con poderío. Olé Virginia y Michigán, y viva Texas, que no está mal. Os recibimos, americanos, con alegría. Olé mi madre, olé mi suegra y olé mi tía», aunque se echaba de menos, por parte del elenco español, un artista de la talla del gran Pepe Isbert arengando al personal. Ahora que la película ha terminado, queda por averiguar si el despliegue generado, para el paseo español de la Sra. Obama terminará dando los resultados esperados y si, en los meses próximos, los dólares americanos invadirán nuestro necesitado solar patrio. Ya sabemos que aquella primera vez no pudo ser, y que los americanos nos dejaron con un palmo de narices, cuando los millones del Plan Marshall sobrevolaron el territorio sin dejar caer un solo billetito. Esperemos que, en esta ocasión, no sobrevenga el desencanto, y que los baños de Sasha en las paradisíacas playas mediterráneas, las idílicas imágenes en la Alhambra, y los comentarios laudatorios de la Primera Dama sobre el jamón de Jabugo, consigan remontar nuestra triste balanza comercial. Y si no es así, tampoco pasa nada. A seguir soñando con otra película, que los sueños salen gratis.