El no disponer de más automóviles retarda la actuación policial. :: JUAN CARLOS CORCHADO
Jerez

La avería de más vehículos obliga a la Policía Local a patrullar a pie

El fin de semana se estropearon dos coches y desde el SIP aseguran que en estos momentos sólo otros dos se encuentran operativos

JEREZ. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Por si la flota de vehículos de la Policía Local no estaba ya seriamente perjudicada tras las numerosas averías y la falta de presupuesto para hacerles frente, ahora son dos nuevos radiopatrullas los que se han estropeado dejando el parque en un estado raquítico y agonizante. Como informaron ayer fuentes del Sindicato Independiente de la Policía, en la actualidad sólo dos coches se encuentran en condiciones óptimas para patrullar, lo que propició que el pasado fin de semana fueran varias las parejas de agentes que tuvieron que realizar sus funciones a pie.

Las consecuencias de esta coyuntura son imaginables: las ciudadanos han de derrochar toda su paciencia cuando necesitan de algún servicio policial puesto que los tiempos de espera se multiplican, por no hablar de la inseguridad que ello supone para los propios funcionarios. «Hay llamadas sin atender y listas de espera, porque se tiene que dar prioridad a las más importantes como los accidentes -apuntan fuentes del SIP-. El Ayuntamiento sigue dejando pasar el tiempo y el ciudadano debe pagar los platos rotos».

Hasta hace poco, como señalan, había dos vehículos más que estaban operativos, aunque en mal estado debido a su antigüedad. Por esa razón, uno de ellos solía prestar servicio en el aeropuerto mientras que el otro sí era utilizado por los policías en situaciones de emergencia, aunque sin mampara y sin distintivo alguno, lo que califican de «vergüenza, porque dos policías de uniforme no pueden ir montados en un coche normal». Esta situación, desgraciadamente, no suena a nada nuevo, puesto que a principios de verano el SIP ya advirtió de que en algunos casos las llamadas ciudadanas no eran respondidas hasta 40 minutos más tarde, lo que alimentaba las quejas de los vecinos que cargaban las tintas contra los profesionales.

Esto sucede especialmente en el caso de las comandancias de barrio, que suscitan numerosas reclamaciones porque, a los escasos recursos humanos con los que se ha dotado a estos retenes, hay que añadir ahora la falta de medios materiales que hace que no se puedan cubrir las necesidades que reclaman los usuarios.

Responsabilidad política

Desde el sindicato, aprovecharon la coyuntura para arremeter duramente contra la delegada de Seguridad, María del Carmen Martínez, en lo que ya se ha convertido en una práctica habitual de cruce de acusaciones. «La delegada puede decir que tenemos 16 vehículos; puede decir lo que quiera, pero la realidad es otra. Lo que quieren los ciudadanos es llamar a la Policía y que ésta responda, y es justo lo contrario de lo que está sucediendo ahora. Dios quiera que no ocurra nada grave, porque a ver a quién pedimos responsabilidades... Los políticos desde luego están muy tranquilos en su casa».

En el mes de septiembre, como recordaron, la falta de pago municipal del renting hará que se retiren otros tres radiopatrullas del Cuerpo, por lo que la condiciones en las que realicen su trabajo, de no cambiar las cosas, se volverán aún más precarias. Además de esta batalla por la falta de medios y la de la negociación por el cuadro horario, el SIP tiene abierta otra contra la Administración local, a la que no da tregua y a la que se le acumulan los problemas sin remedio.

Hace unos días, desde la organización anunciaban que están estudiando la posibilidad de denunciar a la alcaldesa y al jefe de la Policía Local por un presunto delito de prevaricación. Por el momento la cuestión continúa en un 'impasse' de espera, y la junta directiva no descarta retomarla en septiembre cuando los compañeros vuelvan de las vacaciones.

Como se recordará, el SIP acusa al ejecutivo, entre otros, de nombramientos a dedo, favoritismos hacia las personas del entorno del marido de la alcaldesa y agente también del Cuerpo y paralización a propósito de las multas interpuestas en Semana Santa, cuando los funcionarios llevaron a cabo la huelga de celo. Todo ello con la connivencia, como aseguran, del jefe de la Policía Local, Manuel Cabrales.