Diraya se cuela hasta la cocina

Han pasado apenas cinco años desde que la historia digital entró en los centros de salud y ya nadie se acuerda de lo que suponía pasar todas las semanas por la consulta para renovar un tratamiento de larga duración tan simple como las pastillas de la tensión o las anticonceptivas. Ese ha sido el principal logro del sistema Diraya, que ha cambiado por completo las relaciones con el centros de salud, incluso con el farmacéutico del barrio.

A día de hoy, el 99,6% de los usuarios de atención primaria ya tienen digitalizada su historia clínica. Eso significa que sólo 26 de 128 ambulatorios de la provincia están pendientes de la adaptación, que podría llegar a lo largo del año que viene. En general, se trata de pequeños consultorios donde la propia red de Internet ya da problemas, pero el compromiso es generalizar esta herramienta que ya utilizan más de un millón de usuarios sólo para pedir la cita previa a través de la web.

El delegado provincial de Salud, Hipólito García, reconoce que la adaptación no ha sido fácil, pero a su entender, «el sistema ha demostrado su potencial y su capacidad». «Diraya ha supuesto una verdadera revolución tecnológica en la gestión sanitaria y su utilidad es tal que este modelo ya se está implementando en otras comunidades autónomas siguiendo nuestro ejemplo».

Ahora queda por delante uno de los retos más difíciles, llevarlo a los pequeños ambulatorios de 400 o 500 usuarios. «Estamos decididos a universalizar el servicio, en cada farmacia y en cada centro sanitario habrá ordenadores con acceso a la herramienta, pero eso requiere de una mejora en la conexión a la red», insiste.

Si por algo se ha caracterizado este servicio es por los fallos, que suelen intensificarse en verano. El constante 'cuelgue' que trae de cabeza a los médicos de familia y ahora también a los de hospital. El delegado es consciente de las críticas y se muestra sensible a ellas. Comprende la situación, especialmente durante las vacaciones cuando se multiplica la población en los municipios costeros.

«Se trata de una aplicación muy amplia que contempla desde la petición de cita hasta la consulta de la historia clínica. El hecho de que los profesionales se vean desorientados cuando se cae el sistema nos dice que el proceso funciona y lo siguen», asegura.

Más control farmacéutico

Sin duda, la gran estrella ha sido la Receta XXI, que se ha integrado de manera absoluta y con toda naturalidad. El presidente del Colegio de Farmacéuticos de Cádiz, Felipe Trigo, lo confirma y alaba las ventajas del sistema. «Nos hace más partícipes de la atención sanitaria y permite evitar errores que antes se podían cometer con la prescripción tradicional», reconoce. Resalta también que la incorporación del módulo de Receta XXI permite mantener un mayor control farmacéutico.

Mucho más crítico se muestra el presidente del Colegio de Médicos, Miguel Morgado. A pesar de reconocer las ventajas del sistema, «que serían muy útiles si funcionara correctamente», insiste en que hay otras cuestiones más urgentes como el refuerzo de personal en los centros sanitarios y la mejora de las condiciones laborales. «Somos los facultativos peor pagados y muchos emigran a otras comunidades y otros países en busca de un mayor reconocimiento y remuneración».