Vecinos de la calle Divina Pastora, en Guadalcacín, han sufrido humedades en sus viviendas debido a la obra este invierno. :: JAVIER FERNÁNDEZ
Jerez

La calle de la desesperación

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Una treintena de familias de Guadalcacín conviven desde hace quince meses con las obras de su calle. La situación no tendría nada de anormal si no fuera porque hace tiempo que los trabajos deberían haber terminado y no parecen, a juzgar por lo que se ve por allí a los operarios, que vayan a finalizar pronto. Se trata de la calle Divina Pastora, sometida a unas mejoras que iban a soterrar el cableado que recorría las fachadas de las casas gracias a la financiación del Plan Estatal de Inversión Local (Plan E). El resultado, de momento, es que no tienen aceras, las arquetas están levantadas y hay vallas por doquier, con el consiguiente peligro para los viandantes.

«Han tenido la suerte de dar con vecinos que hemos aguantado carros y carretas pero ya no podemos más», dicen los habitantes de esta calle que, para más inri, es una de las vías de acceso al recinto ferial de la pedanía y las fiestas están a la vuelta de la esquina (finales de agosto). El pasado invierno ha sido duro y las lluvias han hecho mella en las viviendas por culpa de la obra a medio hacer. «Hay familias que han presentado ya denuncias concretas por los daños de las humedades. Casi todas las casas están afectadas», cuentan con indignación.

Adjudicación

Las obras, adjudicadas a la empresa Orecal, comenzaron entre mayo y junio de 2009. Se da la circunstancia de que, al tratarse de un trabajo de poca envergadura y con cargo al Plan E, se invitó a empresas de Guadalcacín a participar en el concurso administrativo de adjudicación. El Ayuntamiento pedáneo informó a sus empresarios y tres de ellas decidieron pujar. Pero una cuarta sociedad -con domicilio entonces en Jerez aunque más tarde se inscribió en la Ciudad del Transporte- apareció en escena y fue precisamente ésta última la que se llevó la adjudicación.

«Muchas de las viviendas tienen salida por la calle de atrás por lo que los vecinos evitan pasar por aquí pero hay otros que no tienen más remedio», insisten los habitantes de la calle Divina Pastora, entre los que se encuentran dos personas en silla de ruedas.

«Por suerte todavía no ha pasado nada grave, a pesar del peligro», insisten los vecinos que recuerdan que esta vía peatonal es también aledaña del colegio de Educación Infantil Tomasa Pinilla. «Al principio vinieron durante unos dos meses pero como llovía mucho se volvían a ir. Después empezaron a venir menos trabajadores y hace dos semanas estuvieron colocando vallas. Ya no se les ve el pelo a ninguno», explicaron. De hecho, hasta una máquina excavadora está abandonada en plena calle desde hace semanas.

Los habitantes de la calle Divina Pastora dicen que el Ayuntamiento de Guadalcacín está intentando solventar la situación «pero en Jerez hacen caso omiso del problema», aseguran. «Cada vez que la alcaldesa, Ana Lirio, va a preguntar por las obras, la torean y se pasan la pelota unos a otros», dijeron.

Otra de los motivos que indignan a los guadalcacileños es que todos los escombros de los primeros trabajos de demolición de aceras se vertieron en las inmediaciones de la calle, justo en un solar anexo a un parque infantil.