Atilano, junto a sus hermanos Alfonso y Fernando, en el interior de La Moderna. :: JUAN C. CORCHADO
Jerez

«Me lo paso muy bien trabajando, me harto de reír con mis clientes»

Lleva más de 35 años detrás de la barra de este emblemático bar en el que cada día pasan un buen rato jerezanos y turistas Atilano Pacheco Propietario del bar La Moderna

JEREZ. Actualizado: Guardar
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La Moderna cierra hoy sus puertas por vacaciones. Durante el mes de agosto sus clientes y sobre todo amigos, como resalta Atilano Pacheco, uno de sus propietarios, tendrán que buscarse otro sitio. Él reconoce que se harta de reír charlando con ellos. No en vano su vida está ligada a este bar.

-¿En qué otra cosa le hubiera gustado trabajar?

-No lo sé. Creo que siempre pensé en trabajar aquí. Yo estudiaba en Los Salesianos, en el colegio Lora Tamayo, y aunque sabía que nunca iba a ser mecánico tornero, lo estaba estudiando. Finalmente empecé a trabajar aquí con 14 ó 15 años y aquí sigo 35 años después.

-Detrás de la barra de este bar se conoce a mucha gente, porque aquí vienen personas de todo tipo. Supongo que habrá conocido a una gran cantidad de ellas con las que le une una cierta amistad, ¿no?

-Claro que sí porque yo considero a mis clientes mis amigos. Gracias a Dios aquí viene gente de todos los colores y siempre he pensado que de todo el mundo se puede aprender cosas, cada uno en su estilo, del político, del capillita, del futbolero, etc..

Detrás de esta barra hay que estar un poco al tanto casi de todos los temas de actualidad, un poco como los periodistas, para escuchar a la gente. Ahora, sobre todo, se cuentan muchas penas por cómo está la cosa con el paro y la crisis.

-¿Está notando la crisis en un negocio de hostelería como este?

-Sí que se ha notado bastante. No hay tanto negocio como antes de que comenzara la crisis.

-¿Quién le enseñó a trabajar en La Moderna? ¿Su padre?

-En realidad quien me enseñó fue un camarero que teníamos que era José Arriaza Romero. Un señor de la antigua escuela que sabía tratar muy bien a la gente, conocía a todo el mundo, sabía tratar muy bien a los niños pequeños. Su márketing era darles un pico para ganárselos. Era una persona muy agradable y un gran profesional.

-Qué tiene La Moderna para que tanta gente venga aquí?

-Creo que se sienten como si estuvieran en su casa. Están cómodos, porque se puede hablar. Aquí no hay televisión, ni radio, ni música. Este verano, con el pasado mundial era un problema porque no venía demasiada gente a la hora de los partidos, pero compensa por los que venían a charlar y a pasar un buen rato.

-Qué cree que sería bueno para impulsar el negocio en el centro de Jerez?

-Supongo que la solución va por lo que dicen los comerciantes de poner más facilidades para aparcar y desplazarse al centro en autobús. Es difícil porque es más cómodo ir a las grandes superficies donde puedes aparcar sin problemas. De todas formas, no sé cuál es la solución. También los alquileres de los locales están muy caros, con precios casi prohibitivos.

-¿Con qué se queda de todo lo que ha vivido estos años en el bar?

-Me harto de reír todos los días aquí con los clientes. Creo que no sabría trabajar en otro sitio. Ni siquiera en otro bar. Mucha gente me preguntan qué mejoraría de otro bar y yo les digo que sino sé llevar el mío, como les voy a aconsejar. Cada uno lo lleva como mejor puede.

-¿Qué aficiones tiene?

-Me gusta mucho la ópera. Cuando era joven me gustaba siempre la música punky, pero también escuchaba la clásica porque a mi padre le gustaba mucho. Muchas veces estaba escuchando a Bach y de pronto ponía a los Sex Pistol o a los Clash y él, que era un cachondo, me decía, ¿qué te ha pasado?, me vas a asustar a los pajaritos, porque él tenía algunos en una jaula.