El precio es el mejor reclamo para atraer a los clientes ante la amplia oferta del mercado de abastos. :: L. R.
EL PUERTO

Los armadores ya venden el género en sus propias pescaderías

La nueva empresa Pescabahía planta cara a las ganancias de los intermediarios entre la lonja y el mercado

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Los jureles están hoy a 2,50 euros el kilo. También los sargos y los besugos. Pescado fresco de la Bahía a buen precio para acompañar de picadillo o gazpacho. Y ya tenemos el almuerzo. Ángeles se lleva medio de acedías y de cabrillas por 7,20. «En la plaza hay donde elegir, porque hay muchos puestos, pero estos precios están muy bien». Ella sabe de lo que habla porque su marido ha sido pescadero durante 40 años. «Ahora está jubilado, y yo compro donde se tercia. Aquí no está nada mal y el pescado es muy fresco. Para los dos es suficiente», dice Ángeles. Es la reacción popular. Los armadores portuenses han abierto su propia pescadería en la calle Crucero Baleares. Es la segunda de una cadena que se extiende hacia Puerto Sherry, donde les han cedido un local, y hacia la lonja. «Sanidad no nos ha dado el permiso todavía. Existe cierto malestar con los otros compradores. Pero esperamos que en breve podamos vender también desde allí». Javier Díaz es uno de los socios de Pescabahía, la sociedad limitada que han fundado cinco armadores portuenses y varios particulares para vender el género directamente, sin intermediarios.

«Nos compramos a nosotros mismos, en la subasta de la lonja. Y vendemos más barato que en la plaza de abastos o la pescadería. Es nuestra forma de combatir el excesivo incremento de precios que sufre el género de cara al consumidor. No puede ser que nos compren a un euro el kilo y después lo pongan a cinco», señala.

Esta nueva empresa ha levantado una intensa polvareda en el sector local de la venta de pescado. «Dicen que nos van a denunciar porque nuestro eslogan es 'De la lonja a la mesa', y que eso es mentira porque vendemos en una tienda, pero no nos importa. Compramos en igualdad de condiciones y traemos el género a nuestra tienda. Los que quieran comprar son libres de hacerlo», asegura Javier Díaz.

Otra de las novedosas líneas de negocio de Pescabahía es la venta a domicilio. «De momento está funcionando muy bien. Los clientes llaman a un número en el que se les informa sobre los productos del día. Hacen el pedido y se les sirve en casa. Y si quieren que les limpiemos el pescado, se lo llevamos limpio y listo para cocinar».

Mayor valor

«Nuestro objetivo es que el producto gane valor. No hay más que ver cómo el fruto de nuestro esfuerzo se vende a unos precios ridículos. Cuesta mucho dinero poner un barco en la mar». En el mostrador de la nueva tienda se venden especies poco habituales. «Es un pescado bueno y fresco, que hay que saber guisar. Pero en la lonja se nos quedan colgadas las cajas de jureles, de mojarras... o nos las compran a precios míseros».

Por otro lado, los armadores agradecieron el dragado del Guadalete que está ejecutando la Autoridad Portuaria. «Al menos cuatro barcos están descargando el pescado en el puerto de Cádiz para introducirlo en la lonja de El Puerto en vehículos y como están dragando nos cobran las tasas como si entrasen por el muelle, que es más barato».