COMPLEMENTO CIRCUNSTANCIAL

RUBIA SIN FILTRO

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Uno de los momentos más esperados de la pasada edición del Rock in Río de Madrid era, sin duda, la constatación en vivo y en directo de que la metamorfosis de Kafka no era una cosa tan surrealista. Que Miley Cirus decidiera romper la crisálida en la que Disney Channel la había confinado después de constatar que, como Hannah Montana, ponía huevos de oro, estaba bien. Era hasta cierto punto comprensible que la criatura se rebelara ante el Creador. Pero lo de la cosa edípica de matar al padre, se convirtió en una verdadera masacre. La adolescente que un día encandilara a millones de niños por su angelical comportamiento, ha salido del capullo más gusano que nunca.

Entre posturas casi pornográficas y con una caída de ojos en la que se adivinaba la ingesta de alguna sustancia extraña, la jaquetona Miley se presentó ante un auditorio formado por familias que, al reclamo de la rubia de Disney, tuvieron que asistir a un curso acelerado de «cómo un adolescente se convierte en un ser abominable». En fin. A quienes menos extrañó la nueva imagen fue a los pequeños, que ya sabían de sus andanzas y de sus correrías por Internet. Es lo que tienen los ordenadores. Que a pesar de los filtros y de esas cosas, los niños están más familiarizados con la Veneno que con la vecina de enfrente. Porque en eso estamos. En facilitar el acceso no sólo a la información sino a todo lo que se asome a una ventana digital.

Ya lo dijo el pasado fin de semana en el congreso de la Codapa, Rafael García, Jefe de Innovación Educativa de la Junta: «el año pasado, uno de cada tres niños de los últimos cursos de primaria no había tocado nunca en casa un ordenador». Pues así nos tendríamos que haber quedado.