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Una 'okupa' que estafaba en tiendas

Una mujer es apresada en Conil por comprar electrodomésticos en tres establecimientos de la localidad para después no pagarlos

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Hacerse la sueca es un dicho que bien podría aplicarse a la hora de definir el 'modus operandi' de una estafadora detenida en Conil. Si bien, su forma de actuar no le libró de ser descubierta sin grandes esfuerzos. Lo que no sabía la Guardia Civil cuando fue a arrestarla es que además de hacerse con electrodomésticos, estaba ocupando una vivienda sin haber firmado ningún tipo de contrato.

Todo comenzó a finales de abril. En esos días, el cuartel del Instituto Armado en Conil recibió tres denuncias gemelas. Contenían los mismos hechos y apuntaban a una autora que parecía ser la misma. Las víctimas eran los responsables de tres tiendas de electrodomésticos de la localidad que habían vendido artículos a una vecina, pero ésta no les había pagado.

La forma de burlar a los comerciantes era muy básica. La sospechosa adquiría algún electrodoméstico y acordaba con el dependiente hacer frente al pago cuando el artículo le fuera entregado en su casa.

Una vez se personaba el equipo de montaje en la vivienda y le instalaban el producto comprado, la mujer simulaba no tener dinero en efectivo. Así les decía a los empleados que tenía que acudir a un cajero automático. Les pedía que le esperaran en la puerta de su vivienda, que antes de marcharse, cerraba con llave.

En las tres denuncias que les llegó a la Guardia Civil se exponía el mismo desenlace: los trabajadores se cansaban de esperarla y se marchaban sin obtener el dinero, pero con los electrodomésticos montados en la vivienda de la ahora imputada. A través de este método, según confirmaron fuentes policiales, la presunta estafadora logró llevarse sin pagar: un televisor, un frigorífico, una lavadora, una campana extractora y un sofá.

Con la descripción que les aportaron las víctimas, los agentes lograron localizar a la sospechosa e identificarla. Se trata de una mujer de 35 años, que responde a las iniciales P. C. D, aunque es conocida por su apodo: 'la Puri'. Las mismas fuentes explicaron que se trata de una delincuente habitual, que acumula numerosos antecedentes penales y que es muy conocida por urdir estafas rudimentarias de este calibre.

Tras arrestarla, los investigadores descubrieron que la Puri estaba viviendo en un piso que está embargado por el Banco Banesto; una entidad que desconocía que el inmueble había sido ocupado y del que no consta que hubiera sido alquilado alguna vez por la delincuente. Por ese motivo, además del delito de estafa, la Guardia Civil le imputa también a la detenida la ocupación del piso.

La actuación policial no se detuvo ahí. Los agentes imputaron también a otras cuatro personas un delito de receptación por haberle comprado los electrodomésticos a la estafadora pese a saber que su procedencia no era legal.