Y en verano, el carné

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“La base para ser un buen conductor es recibir una buena formación”, lo que, según la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE), “también ayuda a prevenir los accidentes en carretera o minimizar sus daños y consecuencias”. Con la llegada del verano y el fin de las clases, muchos jóvenes españoles aprovechan los meses de vacaciones, en los cuales tienen más tiempo libre, para acudir a recibir clases teórico-prácticas en un centro de formación vial, con el fin de obtener el permiso de conducir.

A la hora de buscar un autoescuela y antes de realizar la matrícula, la CNAE recomienda preguntar a familiares, amigos o antiguos alumnos que hayan pasado por la ella. La información que ofrezca el centro debe ser “clara y concreta” y debe incluir con todo detalle los horarios de las clases teóricas y prácticas, así como sus precios.

Según la CNAE la enseñanza de la conducción es un todo. Las clases teóricas “son tan necesarias e importantes” como las clases prácticas. El alumno “hará bien en exigir una formación de calidad desde el principio, la cual incluye la explicación razonada de la materia, de modo que pueda comprenderla y asimilarla perfectamente”.

Y es que las clases prácticas han de servir para aplicar lo aprendido en las clases teóricas. “Es responsabilidad del profesor orientar el aprendizaje, corregir los errores del alumno e informar con toda veracidad a éste sobre sus progresos”, aseguran desde el organismo que agrupa al 90% de los centros del país.

La CNAE insiste en que es obligatorio firmar un contrato entre el alumno y el centro. En él deben figurar, entre otros conceptos, el precio de las clases teóricas, el de las prácticas, el de la tramitación de documentos o el de la renovación de los mismos. Además hay que ver si hay alguna cláusula abusiva. “Si la autoescuela dispone de una oferta, hay que cerciorarse de que está reflejada fielmente en el contrato. Es muy útil guardar la publicidad con la oferta, junto con la copia del contrato”, señalan.

Para evitar contratiempos también es importante asegurarse de que los conceptos e importes que se cobran son los especificados en el contrato, y pedir siempre el justificante de todos los pagos que se realicen. En caso de no estar conforme, todas las autoescuelas están obligadas a tener hojas de reclamaciones a disposición de los alumnos y estos pueden comunicar las irregularidades contractuales a la asociación provincial de autoescuelas y a los servicios de consumo de su comunidad autónoma.

Desde la CNAE subrayan que “ni la autoescuela ni la jefatura de Tráfico pueden forzar al alumno a ir a examen. Examinarse es algo totalmente voluntario y personal”.