Ribéry se marcha tras la fotografía oficial del equipo francés. / Reuters

Ribéry, fuera del Mundial

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El considerado mejor futbolista de Europa en 2013, tercero del planeta según la elección del último Balón de Oro y gran estrella de Francia, tampoco participará en el Mundial de Brasil. Franck Ribéry no sólo no se ha recuperado de su lumbalgia, sino que ha empeorado, y no podrá representar por tanto a su selección en la cita que se inaugurará el próximo jueves. El extremo del Bayern de Múnich, de 31 años, tenía previsto disputar en Brasil su última Copa del Mundo, pero la lesión de espalda que le ha perjudicado durante toda la temporada le ha dejado finalmente fuera de la selección 'bleu'.

«Me duele en el alma verme obligado a dejar al equipo de Francia y renunciar al Mundial. He esperado hasta ahora, después de unos días en los que sentí signos alentadores para poder estar en el ataque en el partido Francia-Jamaica (el domingo en Lille), pero han empeorado mis dolores lumbares», lamentó Ribéry tras ser descartado de forma oficial por el seleccionador francés, Didier Deschamps. Francia también ha perdido al centrocampista Clément Grenier (Olympique de Lyon) a causa de una lesión muscular. Los sustitutos de Ribéry y Grenier serán Rémy Cabella, mediapunta del Montpellier, y Morgan Schneiderlin, medio del Southampton, respectivamente.

«La resonancia magnética que pasé en el hospital Rambouillet (a las afueras de París) sólo ha podido confirmar las impresiones que tuve en caliente y el empeoramiento de mi dolencia, lo que me incapacita para entrenar y jugar con normalidad. Dejo a mis compañeros con gran dolor, pero sé que van a dar el máximo por la camiseta 'bleu' y para llegar los más lejos posible en el Mundial», añadió este viernes Ribéry, operado de la espalda el pasado mes de febrero. Confirmada su ausencia, la principal referencia de la delantera francesa en Brasil 2014 será el cuestionado Karim Benzema. También abre la vía como titular al joven delantero de la Real Sociedad Antoine Griezmann en la banda izquierda del ataque, a menos que Loïc Rémy fuera el elegido.

Tras su sonoro fracaso en el Mundial de Sudáfrica 2010, donde el equipo galo se despidió en la primera fase, la importante baja de Ribéry supone un duro golpe para los 'bleus', aunque en cualquier caso los rivales (Honduras, Ecuador y Suiza) no deberían impedir su pase a octavos de final. Deschamps ya intuía que seguramente tendría que prescindir de la gran figura del fútbol francés.

«Se paró en seco»

«Llamamos a Ribéry al inicio de la concentración con algunas preocupaciones y realizamos entonces pruebas médicas que eran bastante satisfactorias. La primera semana se dedicó a cuidarse y a hacer ejercicios específicos. Hubo algunas señales de mejora. Continuó con ese trabajo incluso durante los dos días de descanso. Aumentamos la intensidad del trabajo y esta mañana, en el último entrenamiento, antes incluso de poder iniciar el trabajo en equipo, en los ejercicios de carrera y con una mayor intensidad, se paró en seco tras un movimiento con un fuerte dolor», reconoció el seleccionador. «Hemos realizado unas pruebas que, por desgracia, confirman un agravamiento de la situación y una incapacidad del jugador para entrenarse y jugar», añadió Deschamps.

Ribéry ya se perdió a causa de su lesión los dos primeros amistosos de preparación de la selección francesa, contra Noruega (4-0) y Paraguay (1-1). Francia iniciará su andadura en Brasil el próximo domingo día 15, ante Honduras. A lo largo de la presente temporada Ribéry ha bajado ligeramente sus prestaciones respecto al pasado curso. El astro galo (Boulogne Sur-Mer, 1983) tocó techo en 2013, en una temporada en la que lo ganó todo con el Bayern, entonces dirigido por Jupp Heynckes (Liga, Copa, Champions y Mundial de clubes), pero en la presente, con Pep Guardiola, no le ha ido tan bien en Europa.

Con 16 goles en los 81 partidos que ha sido convocado por Francia, Ribéry ha disputado diez encuentros y ha marcado un solo tanto entre el Mundial de Alemania 2006 y el de Sudáfrica 2010. Números muy discretos para uno de los hombres más desequilibrantes del mundo con el balón, gracias a su cambio de ritmo en la banda.