El Madrid se despide de la Liga

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ELuis Enrique cerró su ciclo como técnico en Balaídos con una fiesta por todo lo alto ante el Real Madrid. Sólo un milagro en forma de carambola podía permitir que los de Carlo Ancelotti pudieran tener opciones en la Liga, pero para ello estaban obligados a ganar en Vigo. Ni siquiera cumplieron esa parte, en especial por falta de tino y por el buen hacer de Sergio.

El duelo coincidía con el aniversario celeste y su afición lo celebró pese a que sabían que estaban viviendo el último día de Luis Enrique como inquilino del banquillo local. La próxima campaña, cuando regrese a Balaídos, será como técnico del Barcelona. El asturiano vivió muy serio su primer encuentro ante el Real Madrid sabiendo que podía ayudar al Barcelona. Ganó su Clásico particular, pero en Elche los de Tata no cumplieron con su parte. Para el Real Madrid el asunto era secundario, después de pinchar ante Valencia y Valladolid lo que supuso desconectarse de la Liga desde la goleada en Múnich. Los pinchazos de sus rivales le han permitido llegar con opciones hasta la última jornada, pero ha sumado dos puntos de nueve puntos en una semana. Sin Cristiano, Pepe, Varane, Carvajal y Di María la cita se antojaba, casi exclusivamente, como banco de pruebas para Lisboa. Buen día para saber si Ancelotti puede contar con Arbeloa y Khedira. Sabe que podrán tener un hueco en la lista, pero están lejos de poder competir por la 'décima'. Ambos acabaron en el banquillo sin completar una hora de competición.

No empezó mal el equipo blanco, con ganas de llevarse el partido y con más centrocampistas que delanteros. Liderado por Morata, con ganas de demostrar que está preparado para cualquier envite. El canterano rozó el primero en un golpeó cruzado pero, entre Sergio y el palo, la mandaron a córner. Después marró una gran asistencia de Marcelo, que pisó mucho el área local. El brasileño incluso pudo marcar tras error de Jony, pero Fontas demostró en el corte porque se rumorea con su vuelta a Can Barça de la mano de Luis Enrique. El Celta quería, el Madrid no le perdía la cara al partido.

Al duelo le faltaba algo, se notaba que ninguno creía en que un resultado les fuese a afectar su jornada final pero no se les puede negar las ganas a los protagonistas. Nolito se plantó ante Diego López, pero Modric cerró el tiro y la cosa terminó en córner. Después Rafinha puso a prueba a Diego López desde lejos, pero la cosa apenas variaba. Charles quiso desquitarse de aquellos errores en el Bernabéu, en el duelo de Reyes, pero le faltó tino con la cabeza hasta que acertó con el pie. Se durmió Ramos tras controlar un saque de banda, quiso recortar al delantero y tras encarar a Diego López la colocó por alto en la red. Ancelotti torció el gesto, no parecía el día ideal para una remontada y más viendo los precedentes cercanos.

El Madrid mostró algo mejor cara al regreso del vestuario pese a que Ancelotti no hizo cambios. Isco puso a prueba a Sergio desde la frontal y el meta evitó la gloria del malagueño. Con otra llegada de Marcelo, Modric forzó un penalti que se fue al limbo por la mala vista del auxiliar. Si acertó el colegiado Hernández Hernández al ver un piscinazo de Charles. La aparición de Illarra y Coentrao -por Khedira y Arbeloa- concedió algo de energía al Real Madrid que siguió achuchando hasta que otro error enterró sus ilusiones de remontada. Aprovechando un gran pase de Xabi Alonso, llegó el segundo de Charles. Sí, de Xabi Alonso. No le contará como asistencia pero su balón hacia la media luna para fue medido al delantero local, cuando realmente el donostiarra buscaba a Diego López. El lucense, pese a otra buena actuación, no pudo dejar en 17 el récord de partidos imbatido de un portero del Real Madrid. El brasileño del Celta cerró así su herida meses después y se marchó ovacionado un Balaídos que disfrutó por todo lo alto.

Sólo la lesión de Augusto puso la nota negativa a un tarde que Nolito quiso redondear con el tercero. De ahí al final se produjo un amago de tangana, resuelta con un par de amarillas. No estaba la cosa para expulsiones debió pensar el canario Hernández Hernández. Ramos quería olvidar su fallo, marcar y dedicárselo a su pequeño Sergio. Esta vez no pudo emular ninguno de los cabezazos de Múnich. Aquel triunfo en Champions parece haber supuesto un punto de inflexión negativo en este Real Madrid, que sólo genera peligro a balón parado.Y con alguna cabalgada por banda de Marcelo, voluntarioso e impreciso.

La derrota en Vigo confirma la semana negra del Real Madrid y alimenta las dudas generadas por los madrileños antes del duelo final por la ansiada 'décima'. Tras el éxtasis en Baviera, el equipo parece desenchufado. Al menos viendo la cara que tenía Florentino Pérez en el palco, cuando restaban apenas unos segundos para el pitido final y Diego López frenó dos con paradas el tercero entre cánticos de jolgorio de la grada celeste. Un triunfo en el particular derbi del día 24 borrará todo tipo de decepciones actuales. La 'décima' será la mejor medicina para los dolores ligueros blancos.