visita al país oceánico

El rey maorí de Nueva Zelanda veta al príncipe Guillermo

Argumenta que el tiempo previsto para la recepción es insuficiente para las necesidades de protocolo

SÍDNEY Actualizado: Guardar
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El rey maorí ha rechazado recibir al príncipe Guillermo durante su visita en abril a Nueva Zelanda al considerar que el tiempo previsto para la recepción es insuficiente para las necesidades de protocolo, informa la prensa local.

El duque de Cambridge tenía previsto reunirse durante 90 minutos con el rey Tuheitia en Turangawaewae, en la Isla Norte, durante el viaje que realizará en el país oceánico entre el 7 y el 16 de abril junto a su esposa Catalina y su hijo, el príncipe Jorge.

El primer ministro neozelandés, John Key, ha lamentado la decisión de la realeza maorí, que ha atribuido a los consejeros de esta monarquía indígena. "Era mucho más tiempo del que tendrá cualquier otro compromiso, pero la gente del rey Tuheitia ha decidido que no era suficiente y han decidido que no atenderán", ha dicho Key en declaraciones recogidas por el diario 'New Zealand Herald'. "Es una cuestión suya decidir lo que quieran pero al final (el príncipe Guillermo) tiene una agenda muy ajustada. Creía que (90 minutos) era bastante generoso", ha añadido Key.

La monarquía maorí fue establecida en 1858 por varias tribus de la Isla Norte que buscaban fortalecer su unidad ante la pérdida de tierras frente a los colonos europeos y elegir un representante que estuviera en plano de igualdad para negociar con la reina Victoria. El cargo no tiene ningún papel constitucional ni poderes legales en Nueva Zelanda pero su carácter ceremonial tiene una importancia simbólica reconocida por varias tribus maorí. Tuheitia fue proclamado rey en 2006 y es el séptimo monarca de la comunidad maorí.

Después de Nueva Zelanda, los duques de Cambridge viajarán a Australia, donde harán una visita entre el 16 y el 25 de abril. Esta será la primera aparición en el extranjero del príncipe Jorge, de ocho meses, que viajará junto a su padre tras recibir el permiso de la reina Isabel, ante las normas de protocolo que impiden a dos herederos de la corona viajar en el mismo avión.