BALONMANO | europeo

Los zurdos de Francia y Dumoulin condenan a España

Los ‘Hispanos’, con un soberbio Cañellas, se diluyen en los minutos finales y quedan fuera de la final del Europeo

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España se fue quedando sin gasolina. Prácticamente sin cambios en la primera línea durante todo el partido es complicado. Sólo Joan Cañellas, que demostró que está entre los mejores jugadores del mundo, dio la talla. Maqueda fue un lastre en ataque, mientras que Raúl Entrerríos, bien en la parte ofensiva, fue una rémora en defensa de la que se aprovechó Porte, que no llega al 1,90 y que suele jugar como extremo, para ser el estilete francés en el segundo tiempo junto al otro extremo zurdo del combinado galo, Luc Abalo. Estos dos jugadores y la aparición en el tramo final del portero Dumoulin fueron clave en la victoria francesa. La portería española tampoco tuvo su tarde. Al menos queda el consuelo del tercer puesto.

El inicio fue peligroso. España se estrelló contra Omeyer -cuatro paradas casi consecutivas para empezar- y la defensa no terminaba de funcionar. Incluso España tuvo una superioridad por la exclusión de Nikola Karabatic, pero el equipo español saldó la desigualdad con un parcial de 1-1. España había salido a 20 por hora, Francia a 40 y eso le bastó para marcharse con un alarmante 7-2 (min. 12).

Cadenas veía que el partido se le iba. España llegó a acortar hasta un 7-4, pero la exclusión por dos minutos de Maqueda permitió a Francia volver a lograr su máxima renta de nuevo, cinco goles (9-4, min.15). Pero España tenía preparada su versión 2.0. Sierra detuvo un pena máxima a su amigo Joli. La defensa empezó a atragantarse a los galos. Cuando los ‘Hispanos’ defienden, la cancha es suya. Y así fue. El mejor balonmano español fluyó. Los franceses, con Nikola Karabatic muy apagado -cero goles al descanso-, comenzaron a desesperarse en ataque. España comenzó a correr gracias a su defensa y Joan Cañellas asumió el rol de líder -cinco goles del catalán, dos de siete metros-. El parcial en la segunda mitad del primer tiempo fue de escándalo: 3-10.

El ataque español pasó a jugar con dos pivotes, Aginagalde y Guardiola. La floja defensa francesa en la línea era el camino. Había espacios para penetrar y tirar, y para que Julen también marcase sus golitos. Francia estaba contra las cuerdas. España remontaba al descanso y ganaba 12-14. En el segundo tiempo, las cosas comenzaron como el periodo inicial. España seguía en el descanso y Francia, en un instante, dio la vuelta al marcador. Para los siete minutos de la reanudación, Francia ya ganaba por 18-16. Los ‘Hispanos’ habían encajado un parcial de 6-2 de salida.

Nueva igualada

Francia mantuvo su diferencia, pero otra reacción de España permitió que el marcador igualase a 20 goles a los 43 minutos de juego tras un parcial de 0-3.

La selección gala no estaba cómoda, sobre todo Karabatic. En España sólo Cañellas, imperial, y las acciones en los seis metros de Aginagalde. Francia, ante la ausencia de sus estrellas, dejó el peso del ataque en el extremo-lateral Valentin Porte, que buscó lanzamientos desde los siete metros sin oposición y penetraciones que resolvió con roscas propias del mejor extremo. A España se le empezaba a ir el partido por ahí.

Se sucedieron las igualadas. Luka Karabatic vio su tercer dos minutos y tuvo que abandonar la cancha. El sistema defensivo galo estaba tocado, con su hermano Nikola también con dos exclusiones en su haber. Pero no hubo ideas para atacar la fragilidad defensiva gala. Dumoulin emergió bajo los palos. Tomó el relevo en ataque ese jugador genial apellidado Abalo y España fue muriendo poco a poco. Errores en los lanzamientos y exceso de ansiedad hicieron el resto.